Capítulo 96

Sin embargo, el tono forzado de Anastasia no logró animar el espíritu del hombre, pues Elias sintió como si ella estuvicra obligada a invitarlo a comer.

–¿Por qué permitiste que ese maldito se fuera en vez de entregárselo a la policia? ¿mo fue que apareciste en el hotel en primer lugar? – Él todavía quería saber el motivo, pero Anastasia le minto de manera disimulada:

— Fui engañada a entrar al hotel; yo ni siquiera conozco a ese hombre.

-Quién te engañó?

– Alguien a quien conocí durante una salida a comer.

-¿Entonces lo necesitabas? – Elías continuó interrogándola, pero ella ya no podía seguir contando historias, por lo que balbuceo:

-Sí.

– Recuerda bien esto, Anastasia. Yo debería ser el primero al que le preguntes antes que cualquier otra persona. Por lo menos yo no haré nada desapercibido sobre ti-le recordó Elías. Ella no estaba lista del todo para estar de acuerdo con el debido a que ya se había aprovechado de ella en muchas ocasiones y lo podía poner como responsable si quisiera.

sin tener la verdadera intención de hacer lo que él

cómo permitieron que ese maldito se fuera como si nada; en ese instante, el teléfono del auto de Elías sonó y apareció el nombre de Helen en la pantalla de control. Él no contestó la llamada y lo único que hizo fue mirarla, pero el asco surgió de los ojos de Anastasia cuando vio el nombre de Helen. El tono de llamada todavía sonaba, pero él no se acercó

 qué no contestaste la llamada? ¿Qué tal si tu novia estuviera en una emergencia? – le preguntó

 es mi novia;

beneficios. — Ella no pudo evitar tirar un insulto a la conversación. Elias la miró brevemente y luego le

haya

quien te acuestes, ese no es asunto mio. – El rostro de Elias se volvió sombrio y sus cejas se juntaron con

secreto mientras que conducía, a la vez que las luces de las calles

bien definido, como si Dios en persona le hubiera dibujado esas perfectas líneas en él. Ella tenía que admitir

 

Sin importar qué, ese hombre la ayudó mucho

tanto por lo que hizo esta noche –

.

similar en el futuro. Si llegas a pedirle ayuda a algún otro hombre, yo no volveré a rescatarte — ordenó Elías, lo cual dejó sin palabras

Aun así, haya tenido sentido o no, su objetivo principal era apaciguar al hombre, por lo

si él esperara que ella se quedara a su lado para siempre; sus pensamientos lo hicieron fruncir debido a que estaba un poco molesto sobre el poder que la mujer tenía sobre él. Elías empezó a conducir con lentitud mientras que observaba cómo Anastasia entraba por la entrada principal a su comunidad. En ese instante, Helen le volvió a marcar; por fin, contestó la

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