¿Tuvimos un hijo

“¡Ellen debe estar escondiéndose de nosotros! Quiere que Selena esté en prisión. ¿Cómo puede ser tan despiadada? —gritó Oliva. Mientras lloraba, también lanzaba blasfemias, aparentemente como si esta fuera la única forma de desahogar su ira con Ellen.

Sin embargo, Ellen no sabía nada de lo que le había pasado a la Familia Aguirre, ni Jared se lo haría saber. Quería que los Aguirre pagaran por lo que hicieron. De lo contrario, pensarían en Ellen como una presa fácil.

A la mañana siguiente, Ellen se sentó en el auto de Jared y le dijo que se encontraría con un amigo. Inicialmente, Jared quería enviar algunos guardias para protegerla, pero ella se negó. Por lo tanto, respetó su decisión y le dijo que lo llamara si pasaba algo.

Luego, Ellen fue a donde solía quedarse su abuela y descubrió que lo estaban demoliendo. Mientras caminaba por la calle, se encontró con un parque. Había pasado por este parque todas las veces durante sus años escolares, ya que era el único camino a la escuela.

El parque también era el lugar donde su abuela siempre jugaba al póquer antes de fallecer. Pensando en ello, Ellen entró en el parque y se sentó en un banco.

En ese momento, vio a una niña que cargaba una mochila mientras cruzaba la calle. Lentamente, la niña se convirtió en una adolescente y luego en una mujer.

levantó la cabeza y vio que un señor mayor la miraba. Inmediatamente, ella reconoció quién era. “Soy yo, Sr.

señor Rowlsey tiene que ir al banco, así que ¿por qué no ocupas su lugar? dijo

hacia ellos tímidamente y se sentó frente a Brook. "Podría haber olvidado las reglas, Sr.

en ajedrez en este parque!” Después de

piezas blancas, agarró una de ellas y la colocó en el tablero. En ese momento, ella estaba tranquila. Desde que nació, había vivido en esa zona. Brook solía ser el

podía jugar al ajedrez en el parque como pasatiempo. Fue entonces cuando encontró a una niña con talento para el ajedrez. Por

de la niña, ella jugó seis rondas con él y ganó cuatro. Desafortunadamente, la niña no se veía por ninguna

niña era, de hecho, Ellen. Ellen tenía un talento único. Cada vez que jugaba al ajedrez, podía aclarar su mente

la siguiente ronda, se concentró y ganó solo por una fracción. Una vez más, Brook la elogió y dijo: “Sabía que tenías talento desde que eras joven, Ellie. ¿Lo sabes? Si no fuera por la oposición de tu abuela, te habría