Capítulo 57

Después de que Leonardo y Berta entraron, la secretaria Carmina salió de la oficina. Noe, al ver a su hermano, corrió felizmente hacia él y agamró su mano. “Hermano, hermano, has llegado. Papá acaba de invitarme a un pastel de fresa, estaba delicioso. Sin querer, me lo comi todo, pero te guarde unos dulces.” Diciendo esto, sacó dos caramelos del bolsillo y le dio uno a Leonardo. “Berta también tiene uno.” Y le dio otro a Berta.

Rafael levantó la mirada hacia el único adulto entre los tres niños enfrente de él. “¿Eres su hermano?”

“Si… si lo soy.” Ante la imponente presencia de Rafael, Berta se puso nerviosa.

En ese momento, Leonardo se giró y Rafael pudo ver claramente su rostro. Por alguna razón, sentía una cierta familiaridad, como con la pequeña niña. “¿Cómo te llamas?”

“Me llamo Leonardo, puedes llamarme Leo.” Leonardo no lo llamó papá, sintió que aún necesitaba evaluar la situación.

“Ya que están con un adulto, mejor que ella los lleve de regreso.”

“No quiero irme, papá, tengo hambre, quiero comer.” Si Rafael no hubiera visto con sus propios ojos cómo se comió un plato de pastel y se bebió un jugo de naranja, realmente habría sido engañado por sus inocentes ojos grandes. Finalmente, se rindió. “De acuerdo, entonces los llevare a comer algo primero y luego los llevaré de vuelta, ¿está bien?”

a Noelia feliz, Rafael inconscientemente sonrió. Berta rechazó la invitación de ir con ellos. El padre de Leo y Noe era demasiado intimidante y al quedarse más tiempo se sentía como si fuera a congelarse. Al darse cuenta de que realmente era el presidente del

del Hotel Corona. Los tres se sentaron cerca de la ventana, y el

pasó el menú a los niños. “Pidan lo que

y Noelia, al ver el menú, abrieron los ojos ampliamente.

que los niños dudaban en hablar, dijo, “No se preocupen, soy miembro aquí. Nos

muy bien a Rafael y se sorprendió al verlo bromear, curioso por los dos niños frente a él, preguntándose quiénes

no muy segura, pasaba las páginas del menú con su pequeño dedo, eligiendo algunos platos

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glotona de su hermana volvía a salir a la luz, aunque no

mucho.

S

los hermanos con

de que ordenaron, la niña quería pedir un helado de fresa, pero Leonardo se lo impidió. “Noe, ya comiste dos helados esta mañana en

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