Capítulo 127

Media hora después, Rafael volvió en coche a la casa familiar, notando que Sofía ya había regresado. Al mediodía, solo se había fijado en cómo ella sonreía a otro hombre, pero ahora, al verla sentada en el sofá de la sala, leyendo un libro con Leo y Noe, notó que llevaba puesto un vestido.

Era un conjunto muy elegante, un top de seda negra con cuello redondo combinado con una falda plisada larga en blanco y negro que llegaba hasta los tobillos, ceñida con un delicado cinturón plateado que acentuaba su figura esbelta. Llevaba puestos unos zapatos planos negros. Recordó que raramente la veía con tacones altos.

Ella, que estaba en el sofá leyendo un libro ilustrado con los niños, al escuchar algunos pasos levantó la cabeza y vio a Rafael, pensando en su interior cuán temprano había terminado su jornada laboral ese día.

Noelia y Leonardo también levantaron la cabeza y al ver a Rafael regresar, Noelia exclamó con voz fuerte: “¡Papá, ya volviste! Mamá llegó antes que tủ”.

Rafael se acercó y levantó a su hija, preguntando intencionalmente: “¿Y mamá cuándo llegó?”

“Mama llegó antes que tú, y ha estado leyendo con nosotros durante un buen rato“, respondió Noelia.

justo después del almuerzo y no habían

de almorzar con Daniel y Camila, ella se separó de Daniel y acompañó a Camila a su estudio. Camila tenía una cita con un cliente por la tarde, así que Sofía tomó un taxi de regreso a la casa familiar.

Isaac aún estaba tomando la siesta. Viendo que Rafael había llegado y se sentó en el sofá con Noe sin intenciones de irse y Leonardo se había quedado absorto con su libro ilustrado, ella decidió subir a su habitación para revisar en su computadora la información sobre las casas en venta en [Jardín de Río】, lugar que había visitado ese día y tenía intención de ir en persona a ver los inmuebles en los siguientes días.

alrededor de la mesa

había preparado las empanadas con masa casera, resultando en una textura muy agradable. Había preparado varios

этоп

algunas “empanadas” de formas inusuales y

las hice especialmente para

Rafael, lejos de enfadarse, miró a su hija con mucho cariño y dijo: “Gracias, Noe, me las comeré todas.”

más, la mesa estaba mucho más animada. Leonardo preguntó a Sofía:

claramente el niño era

abiertos. “Solo fuimos a ver el jardín de infantes donde ustedes estudiarán y luego fui a comer con su madrina antes

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