Capítulo 286

Por lo tanto, no estaba prestando atención a lo que el representante del socio estaba diciendo. Frunció el ceño porque penso que ese dia no era un buen dia para hablar de trabajo. Estaba a punto de decirle al otro que no se sentia bien y que deberían programar otra reunión para más tarde, pero de repente el otro ofreció ceder dos puntos porcentuales más, así que hizo señas al gerente del proyecto para sacar el contrato y firmarlo

Finalmente, el contrato se firmó sin problemas.

El gerente del proyecto, con una sonrisa radiante, siguió a Oscar al salir, sorprendido de que la presencia personal del Sr. Jiménez marcara la diferencia, no solo consiguiendo la firma del contrato, sino también logrando que el otro cediera dos puntos, una victoria total.

Una vez en el auto, Oscar se recostó en el asiento y cerró los ojos. El gerente del proyecto, percibiendo la situación, pensó que Óscar queria descansar por estar cansado y finalmente se quedó en silencio

Con los ojos cerrados, Oscar solo podia pensar en cómo Ariana se rela con Roberto, esa chica no tenia ninguna precaución y podría terminar siendo engañada sin darse cuenta.

En resumen, el Sr. Jiménez simplemente no podia estar tranquilo.

Roberto llevó a Ariana a un famoso restaurante en el centro comercial al lado del edificio del Grupo JK, a pesar de que estaba justo al lado de la oficina, era la primera vez que Ariana comia alli. Ella le pasó el menú a Roberto, “Tú ordena, parece que sabes mucho de comida y siempre conoces los mejores lugares“.

sin dudarlo, luego dijo con una sonrisa, “Hermana mayor, estás equivocada, solo hice mi tarea con

el menú,

estoy abierta a probar casi cualquier cosa” Ariana no era muy exigente con la comida, siguiendo el principio

tanto en mi, no puedo decepcionarte. Dijo Roberto con

tiempo antes de que el ordenama. El restaurante estaba bastante lleno al mediodía, pero las comidas llegaron rápido. Roberto ordenó tres platos, además de una

le sirvió a Ariana un pedazo de la

28 2 75 7 2 8 6 2 2 2 2

estaba deliciosa y tierna sin rastro de olor a cordero,

esperando su

bueno, no

Ambos se rieron.

su almuerzo a tiempo, teniendo que regresar al trabajo por la tarde sin perder mucho tiempo. Después de comer, Ariana se levantó para pagar, pero en la caja le informaron que la cuenta ya había sido cubierta. Miró

dijiste que no tenías

teléfono y tomó el bolso de Ariana, “Si, tú invitas y

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