Capítulo 399

Después de dejar a los niños en la escuela, Sofía llevó a Rafael de vuelta a casa. Apenas abrieron la puerta, recibió una llamada de Ariana. “Cuñada, ¿Leo y Noe ya fueron a la escuela? ¿Estás en casa con mi hermano?”

“Sí, acabamos de regresar.”

“Genial, iré al mediodía.”

“Perfecto, prepararé algo más de comida. Ven a almorzar.” Respondió Sofía con una sonrisa mientras abría el refrigerador para ver qué tenía, pensando ya en qué cocinaría al mediodía.

Después de colgar, Ariana se apresuro a pedir permiso en su trabajo. Su jefe, confundido y preocupado, pensó que algo malo había pasado. Ariana no pudo inventarse una excusa mejor, dijo que se sentía mal debido a su periodo y necesitaba descansar. El jefe, un poco incómodo pero comprensivo, le dio permiso inmediatamente para que se fuera a casa a descansar.

La verdad era que Ariana simplemente no quería encontrarse con Laia de nuevo. Óscar la había puesto a cargo de un proyecto y Laia, sin falta, venía a buscarlo cada dos por tres, obligándola a interactuar con ellos como si estuvieran en una cita, dejándola sentirse como una bombilla de 500 vatios. La actitud superior de Laia, especialmente en ausencia de Óscar, donde actuaba como si ya fuera la señora Jiménez, la hacía hervir de rabia.

día libre asegurado, Ariana tomó su bolso y se preparó para salir, encontrándose con Simón en el ascensor. Las puertas se abrieron y allí estaba Simón solo, bajando del piso de

entró con su

bolso, Simón bromeó, “¿Adónde vas? Apenas es hora de empezar el trabajo y ¿ya planeas

a su hermano, Simón insistió en

Voy a ver a mi hermano mayor,” respondió Ariana, con su cola de caballo balanceándose y mirándolo

David había llegado temprano a San Bernat, directo del aeropuerto a la empresa, supuso que tendrían una reunión esa mañana.

escuchar

que iba

a

así que

pueden discutirlo entre ellos. Yo solo estoy para hacer el trabajo.” Simón no

  1. no.

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