Capítulo 444

Al ver a Óscar, todo el miedo y la tensión de Ariana se disiparon de inmediato. Se acurrucó en sus brazos, forzando una sonrisa. “Estoy bien, Óscar.”

El gerente de proyecto, siguiendo a Óscar, apenas estaba llegando al piso 16. Si él se vela algo desaliñado, el estado del gerente de proyecto era directamente desastroso, apoyándose contra la pared para recuperar el aliento, tardando un buen rato en calmarse. Su cabello era un desastre, y su chaqueta la llevaba en la maño, la camisa blanca completamente empapada de sudor, Al acercarse y ver a Ariana en brazos de Óscar, finalmente entendió que la persona atrapada en el elevador era Ariana, “Arl, ¿cómo… cómo… te quedaste… atrapada en el elevador? ¿Estás… estás bien?” preguntó el gerente de proyecto, jadeando preocupado.

Él entregó la carpeta azul que el técnico había sacado al gerente de proyecto, “Lleva estos documentos arriba al Sr. Amorós.” Luego, sin más, cargó a Ariana y se dirigió directamente a su oficina sin mirar atrás.

Lala, con su bolso de Hermès en mano, estaba parada entre la multitud. Observó cómo Óscar corria hacia el elevador para rescatar a Ariana, sin imaginarse que después de salir ella, el elevador fallaría y la dejaria atrapada.

Miró cómo al hombre llevaba a Ariana de regreso a la oficina, sin siquiera dirigirle una mirada, ni un gesto ni una palabra. Laia, sin rendirse, siguió a Óscar a la oficina con su bolso en mano.

tantos colegas mirando, todos conocidos del mismo departamento, con quienes tendría que convivir dia a dia. “¿Cómo puedo seguir

bajarme, todos nos están mirando.” Ariana escondió

viera su rostro.

detuvo al instante, frunciendo el ceño con el rostro

gritaba que él no tenía

a Ariana de vuelta a la oficina. Al ponerla en el sofá y levantarse, vio a Laia en la puerta, sin darle tiempo

bastante ocupado hoy, si hay problemas con el proyecto, podemos arreglar otra reunión otro día. Hoy no es conveniente para Ari.” Laia, con la boca ligeramente abierta, lista para hablar, fue interrumpida por Oscar de inmediato. Trató de ajustar su expresión facial para que no pareciera tan rigida. Mientras entraba a la oficina, dijo: “Oh, no importa, entonces arreglaremos otro día. Justo iba saliendo cuando

dobladillo de su ropa con fuerza, escuchando cómo Lala le recordaba intencionalmente que Óscar era su

volvió hacia éste. “Oscar, creo

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