Capítulo 38

Soraya soltó una carcajada sin disimulo: “Amor, lo siento mucho, de verdad no fue a propósito. Anda, dúchate con agua fría que yo voy a buscar una toalla sanitaria y cambio las sábanas ahora mismo“.

Cristián estaba furioso: “¡Lárgate!“, se aférraba a sus puños con tantal fuerza, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no perder el control y agredirla.

“Maldición, me tiene ardiendo de deseo y resulta que le viene la regla… ¡Tiene que ser a propósito! Esta mujer lo hizo a propósito“.

Soraya contenía la risa, esforzándose por no soltar otra carcajada. Pero sus hombros temblorosos la delataban. Bajo la mirada asesina de él, se deslizó fuera de la cama, se envolvió en una bata de baño y salió corriendo.

Dos minutos después, ya con la toalla sanitaria puesta, volvió al cuarto de

visitas.

las sábanas. Luego, con algo de culpa, golpeó la puerta del baño:

“¡Lárgate, ve a empacar tus cosas, mañana

por dentro; levantó una ceja, ¿pensaba que un simple cerrojo la

pensó que ella se había asustado y se había ido. Pero al siguiente segundo, escuchó el cerrojo abrirse; se giró sorprendido, solo para

noche, no había dejado de

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Capitulo 38

volvió a darle forma al pasador: “Es solo abrir una cerradura, ¿qué tiene de difícil? A menos que sea una cerradura electrónica de alta tecnología,

sospecha y desafío: “Tú

no sabía

Soraya, entonces quién soy?“, ella dejó caer

mostrando un lunar en forma de corazón cerca de su pecho. “Deberías reconocer este lunar, ¿no?

y sal de aquí. No me provoques más. De lo contrario,

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