Capítulo 102

En el ranking de los peores hombres, Genaro definitivamente ocupaba el primer lugar. Se casó con Nayra solo para usarla como escudo. Luego inventó una mentira sobre una lesión que le impedía cumplir en la cama, engañando a su enamorada Nayra para que guardara el secreto, haciéndole creer a sus padres que ella era la incapaz de tener hijos. Mientras tanto, Genaro ya había tenido gemelos con otra fuera de casa. Nayra, incapaz de dar hijos según ellos, fue vendida por la familia de él a una red de tráfico, convirtiéndose en su mina de oro, hasta que una enfermedad la llevó a su final trágico. ¡Qué horror! Una hija de familia bien terminó de esa manera tan terrible.

¡Qué desastre!

¡Hacer niños a escondidas!

¡Usarla como escudo!

¡Y al final destruirla!

Nayra no podía creer que Genaro la traicionara. La tía de Genaro, Ruby, solo estaba de paso en la villa de Genaro. Todo porque su marido, Natalio, había fallecido inesperadamente. Sus abuelos creían que Ruby había traido mala suerte, causando la muerte de su hijo, y nunca la trataron bien. Si no fuera porque la mamá de Genaro la encontró a tiempo, Ruby habría muerto tras un intento de suicidio. La relación de esta pareja era conocida en la capital por su gran amor. Ruby solo se estaba quedando en la villa de Genaro porque estaba cerca del hospital, ya que había estado enferma y necesitaba visitarlo frecuentemente. Genaro la había llevado a su casa para que estuviera más cómoda, después de pedirle su opinión. Además, Genaro era ocho años menor que Ruby. ¿Qué iba a ver en alguien mayor que él?

Nayra miró a Soraya con resentimiento. Esta loca siempre estaba buscando verla mal, incluso deseándole lo peor en secreto. “Uf, iré a la villa de Genaro ahora mismo. Quiero ver si lo que dices es cierto o no“.

entre Nayra y la antigual dueña de su cuerpo siempre había sido tensa. Siempre

verse.

haré. Eh, la vida ahora no está tan mal. Tengo todo lo que necesito, hago lo que quiero. Es la vida que siempre soñé. Lo único malo es que no he podido

aire“.

un lado a otro, ansiosa, mientras Fernando

irritada, le contestó, “Claro, como si a ti te importara. Nuestra hija está siendo engañada por

Capitulo 102

cabezona, S

lo que Soraya decía en su corazón, no podrá quedarse quieta

la habitación del segundo piso estaba en desorden, con ropa tirada por todos lados. Las cortinas cerradas dejaban pasar rayos de luz, creando un patrón luminoso en el suelo. En la

el cabello negro esparcido por la almohada, lucía un rubor en sus mejillas. Sus

encantaba verla así.

besó los labios rojos de

gota de su aliento.

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