5 estrategias para que vuelva a enamorarse de mí

Capítulo 249

“Solo cuando estés muerta, todo lo de mi papá será completamente nuestro.”

Paloma quedó atónita ante semejante pensamiento absurdo.

“Ya estás grande para saber distinguir entre lo bueno y lo malo, ¿no? Mi papá no tenía nada cuando se casó conmigo. Todo lo que tiene se lo di yo. ¿De qué propiedad hablan? Que no le haya cobrado por los años de juventud que me debe, ya es bastante generoso de mi parte. Ustedes son muy jóvenes, no entienden las complicaciones entre adultos. ¡Suéltenme ya! Por lo de hoy, voy a dejarlo pasar.”

La otra chica, cansada de la charla de su hermana, interrumpió. “¿Para qué perder el tiempo hablando? Vamos a acabar con esto rápido.”

Entre las dos, sujetaron a Paloma contra el suelo e incluso le cubrieron la boca.

Paloma, viendo que las chicas no atendían a razones, sacudió la cabeza con miedo.

El comportamiento de estas chicas le había volteado el mundo al revés. ¿Cómo es que esa familia, la de esa tal gallina y Efrén, educaba a sus hijas para que, siendo tan jóvenes, tuvieran una mente tan retorcida? ¿No sabían acaso que lo que estaban haciendo era un delito?

Cuando vio los cuchillos que elevaban, Paloma abrió desmesuradamente los ojos, el corazón le saltó a la garganta.

¿Estas niñas habían perdido la razón? ¿Realmente querían matarla?

cuchillo estaba por caer, Paloma sintió un miedo como nunca antes, como si estuviera a punto de caer en un abismo sin fondo.

las chicas tenían una fuerza sorprendente, dejándola incapaz de

se cernía sobre ella como una nube

perdió toda

caer, cerró

en ese momento crítico,

La voz de la chica resonó fuerte y claro,

Era Avelina.

intentaban asesinar a Paloma se sobresaltaron con la voz repentina, y el cuchillo se

giraron, mirando a esta inesperada interrupción

te metas!” dijo una de las chicas,

importa quién soy, lo importante es que no pueden

cuchillos en sus manos, Avelina no retrocedió, su voz firme como el acero.

dijo la otra chica, lanzándose hacia Avelina

ataque y, en un movimiento fluido, torció la muñeca de la

los años de huida de su padrastro, si algo había aprendido, era a defenderse. No era la primera vez que