Capítulo 248

Era una noche envuelta en la oscuridad, con la ciudad cubierta por un manto negro como si fuera una enorme cortina de tinta.

Las luces de neón centelleaba

en la

penumbra, brillando como gemas deslumbrantes

que

En las calles, la gente pasaba rápido y los vehículos fulan constantemente, como ríos de luz.

adornaban la tranquila noche.

Después de un día agitado en la oficina, Paloma no salió hasta las nueve de la noche.

Desde que Efrén se fue de la empresa ayer, no había vuelto ni a la oficina ni

a casa.

Sabia que su sobrino había intervenido.

Aun así, estaba preocupada.

¿Podria su sobrino realmente recuperar esas cosas para ella?

humillado, se vengara de su

pensaba en su hijo, que había sido remplazado

quería volver a esa casa fría, llena de

había sido buena con ella.

como a una madre.

se

la mentira, ni siquiera los mejores tiempos

carro hacia un parque cercano, bajándose con

pasear allí con Efrán

lugar habitual de paseos cuando eran

noche ya era

parque estaba vacío.

parecía una hierba seca y solitaria, temblorosa en el viento, cayendo con cansancio. Después de un día especialmente agotador en el trabajo y

escenas familiares del parque, las lágrimas comenzaron a empañar sus

había amado, ahora más

pasado con la traición actual

perdida en su tristeza,

cuando, de repente, dos figuras emergieron de las sombras detrás de ella como fantasmas, atrapándola entre ellos y arrastrándola hacia un rincón

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como un conejo asustado, pero eran

moverse.

¿Qué quieren?” Preguntó Paloma, su voz temblorosa en la noche silenciosa.

Leira, vestidas de negro y con maquillaje ahumado, eran irreconocibles detrás de

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