#Capítulo 219 – Ella y Sinclair

ella

“¿Por favor por favor por favor?” Ruego, apoyando mi frente en mis antebrazos.

“Hmm”, Sinclair retumba pensativamente, golpeando mi trasero levantado con una mano poderosa, mientras la otra se mueve hábilmente entre mis piernas. Lleva más de media hora así, aunque al principio era sólo un castigo. Me inclinó sobre el colchón y comenzó a azotarme el trasero con suaves azotes mientras me sermoneaba sobre honestidad, salud y seguridad. Entonces mis piernas cedieron y él me puso sobre manos y rodillas en el nido. Fue entonces cuando comenzó a atormentar a mi pobre y abandonado S **, sin duda incapaz de resistir la excitación acumulada allí como resultado de su castigo.

Sinclair se inclina para besarme entre los omóplatos. “No lo sé, por más traviesa que hayas sido, no creo que merezcas venir todavía”. Decide diabólicamente, pero hunde dos dedos gruesos dentro de mi vaina apretada, usando su pulgar para rodear mi clítoris mientras curva los largos dígitos hacia mi punto G.

“Dominic, no puedo aguantar más”. Gimo, tratando de alejarme de él y solo ganándome unos cuantos golpes especialmente fuertes. El dolor florece sobre mi piel acalorada con un efecto delicioso, enviando corrientes de electricidad directamente a mis zonas erógenas ya abrumadas. La picadura es un complemento perfecto al placer que inflige mi pareja, y su dominio absoluto ha reducido a mi lobo a un charco de sustancia pegajosa.

“Ni siquiera pienses en venir antes de que te dé permiso, pequeño lobo”. Advierte, con un tono oscuro en su voz profunda. “Has estado volviéndose loco sin mí aquí, y eso termina esta noche”.

Me muerdo el labio inferior y lloro lastimosamente mientras trato de evitar tambalearme al borde del abismo a pesar de su manejo experto. Es inútil, la embriagadora combinación de placer y dolor es demasiado para mí. Los dedos de mi compañero están empujando mi estrecho canal, estirándome, preparándome para acomodar su enorme polla. La anticipación sólo me excita más, y cuando siente que comienzo a tener espasmos, libera su mano y golpea mi clítoris hinchado. Gimo impotente mientras pierdo el control, sin comprender las sensaciones que asola mi cuerpo.

Sinclair vuelve a acariciarme mientras yo cabalgo en la estremecedora felicidad, sus manos no son suaves, sino que me llevan aún más alto. No me deja bajar, sino que me obliga a alcanzar un segundo pico aterrador justo después del primero. No reconozco el grito agudo que sale de mis labios, y cuando recupero la capacidad de oír y pensar de nuevo, la voz ronca de mi compañero está llena de triunfo.

lo más mínimo decepcionado. Sinclair vuelve a azotarme, sus dedos cubiertos con mi humedad y realzando

arden en mis ojos por la pura intensidad de la experiencia.

los ojos brillando. Muestra sus colmillos en una sonrisa letal y sé que tengo razón: quería que perdiera el control. “Excusas, excusas.” Él gruñe, besando su camino por mi cuerpo. “Pequeño lobo codicioso:

ha dejado que su animal interior se haga cargo. “Qué coño tan bonito”, murmura, riéndose entre dientes cuando me

si quiero que se apiade de mí o que continúe con su

en nuestro vínculo y sé que él puede sentir esta verdad. Instintivamente me doy cuenta de que no se detendrá hasta que mi lobo esté satisfecho, pero una ola de

estado haciendo, pero cuando se retira, toma mi mejilla con su mano y su mirada hambrienta me taladra con tanta intensidad que quiero

esta vez tomándose el tiempo para explorar mi boca con su talentosa lengua. Extrae beso tras beso de mis labios y me pierdo en la sensación de nuestros labios bailando, nuestra respiración mezclándose. Estoy borracha de su sabor y ya me pregunto cuánto tiempo

piensa Sinclair. Levanta la vista de su perezosa exploración de mis senos y me presta toda su atención. “Realmente lamento todo lo que pasó mientras no estabas”. Susurro, enredando

ya hemos superado todo eso”. Ronronea, acariciando mis costados mientras chupa uno de mis pezones con cuentas en su boca. Esto es sólo por diversión ahora. Continúa

su toque, el alivio me recorre. Estoy seguro de que esta pelea será uno de muchos desacuerdos en nuestro futuro, y estoy seguro de que habrá

penitencia y pudiéramos

para quién? —dice mi loba, aparentemente lista para correr desenfrenadamente con su conciencia recién limpia. Hasta donde

me muerde el pecho con sus afilados caninos y me mira con una expresión tortuosa. “Eso me recuerda”, proclama, en un tono que de repente me hace

tal hazaña, pero también sin saber

con cada momento

es nada comparado con la

como si no se hubiera dado cuenta de que eran múltiples. “Creo que deberías adivinar. Comienza con el que más te emocione, ya que

hacerme revelar sueños sexuales que en realidad no

el ceño. “¿De qué hay que avergonzarse? Todos

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255