Capítulo 220 – Adopción

3era persona

“No puedes hablar en serio”. James miró a Roger en estado de shock, sin dar crédito a sus propios oídos.

“Es sólo una posibilidad que tenemos que considerar”. El nuevo Beta respondió gentilmente”. Créame, nadie quiere que sea verdad”.

“¿Estás sugiriendo que yo podría haber sido responsable de traer a los lobos que atacaron el convoy del Alfa a este continente?” James aclaró, queriendo saber si las preocupaciones del Alfa acerca de que Damon escondiera espías entre los refugiados eran puramente hipotéticas o se basaban en algo más.

“No sabemos nada con certeza”. Roger respondió con cuidado. “Pero tú mismo dijiste que era sólo cuestión de tiempo antes de que las fuerzas de Damon encontraran el punto de encuentro en la costa. Se ha vuelto demasiado grande para permanecer oculto”.

“Lo hice, pero estaba más preocupado por aumentar las evacuaciones para tratar de salvar a tantos como pudiéramos antes de que cayera el martillo”. James respondió, preguntándose si él tenía la culpa de alguna manera. Ciertamente nunca había visto a las masas que huían clamando por un lugar en su avión como una amenaza, solo había querido ayudar a los necesitados. Además, pensó que era peligroso empezar a verlos como un riesgo para la seguridad. Pero cuando lo consideró, pensó realmente en los cientos de vuelos que parecían desdibujarse, no pudo decir si se había perdido algo o a alguien. “¿Has revisado las listas de inscripción en el campamento?

“¿Para qué exactamente?” Roger preguntó, frotándose la mandíbula. “Es poco probable que un espía escriba ‘salve a Damon’ en sus formularios de inscripción”.

“Bueno, casi todos los refugiados son mujeres y niños, los únicos hombres que huyen tienen familias que proteger”. James explicó, pensando en voz alta”. El resto se queda para unirse a la resistencia. No recuerdo que ningún hombre haya abordado mis vuelos, pero si hay alguno registrado en el campamento, serían mis principales sospechosos”.

“¿Y si los espías son mujeres?” Roger respondió, arqueando una ceja.

“No es imposible, pero ¿cuándo Damon alguna vez contrató a lobas como algo más que trabajadoras sexuales?”. James se encogió de hombros: “Conociéndolo, se reiría ante la sola idea de una mujer espía”.

‘Es posible que tenga un punto allí.” Roger aceptó, tomando nota mental de revisar los registros de registro.

sugieres para la seguridad mientras tanto?” James sondeó, preguntándose si la Beta tendría el descaro

la expresión del otro lobo con facilidad. “¿Qué tan

“¿Cómo te va en

que volar uno, estaré bien”. Razonó Roger, adivinando ya

Podría decírtelo, pero no sería lo mismo. Y si vas a asesorar a Dominic sobre

un copiloto”. Roger aceptó:

la mañana”. James miró hacia la puerta, sin duda pensando

El Beta sonrió. “¿Cierta loba con piernas

se rió,

mostrado cuando llegaron aquí por primera vez, solo tenía ojos para la seductora loba que los cuidaba. Sus ojos volaron hacia ella como un imán, y solo se dirigieron a otra

cachorros se autoproclamaron ángel guardián, Isabel se dio cuenta del momento en que un nuevo lobo entró en su territorio, pero por una vez no levantó la vista para investigar al intruso. James sabía que ella ya estaba tan acostumbrada a su olor y al humor de los niños que lo reconoció sin mirar. Aún así, ella

su maravilloso aroma y saboreando el pico de excitación en su sangre. Amigo tonto, ¿a quién cree que está engañando?

de ella. Su corazón se aceleró cuando él se acercó,

su voz profunda. Su brillante

mechón de cabello castaño rojizo se había soltado de su moño desordenado y se arrastraba a lo largo de la curva de su cuello, tentándolo. Atrapó los sedosos mechones entre el pulgar y

la nuca. Estuvo tentado de inclinarse hacia

de Sadie, James no

completamente involuntaria se apoderó de sus rasgos mientras posaba sus ojos en la niña. La bebé estaba profundamente dormida con los brazos y las piernas bien abiertos y una expresión pacífica en su pequeño rostro. No pudo evitar alcanzarla, a pesar de que el agudo susurro de Isabel intentó detenerlo.

en sus brazos. Sadie no se movió y James la meció de un lado a otro, preguntándose si algún cachorro

“Tienes suerte, nunca deberías arriesgarte

lindo”. Expresó James, agachando la cabeza para besar la

los amas”. Isabel lo corrigió, sonando muy distante a pesar de que no se

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