Capítulo 24

Flynn se inclinó.

No la besó directamente, sino que apoyó una mano en la mejilla de Clara, las yemas de sus dedos un poco ásperos rozaron la piel suave de ella. Luego agarró su cabello, acariciandolo y masajeándolo con ternura.

Ese tipo de movimientos lentos y provocativos eran difíciles de soportar. Clara nunca había experimentado algo así, no pudo evitar susurrar “¡Flynn!”

“¿Ya no me llamas ‘abogado Bécquer?“. Su nariz recta estaba pegada a la de ella, estaban tan cerca que sus alientos se mezclaban.

Flynn podia besarla en cualquier momento.

Clara apretó su camisa, su corazón latía con fuerza, quería cerrar los ojos. Pero él no lo permitió, le tiró suavemente del pelo y dijo en voz baja: “Clara, abre los ojos y mira cómo nos besamos por primera vez“.

Fue la primera vez que la llamó por su nombre, en vez de Srta. Castillo. Por alguna razón, ella se sintió muy intensa.

Abrió los ojos, sus labios rojos temblaban levemente, y se acercó lentamente a él y Flynn la abrazó fuertemente. Estaban en la habitación del hospital, ambos se sentían muy emocionados, lo que comenzó como un beso ligero se volvía cada vez más intenso.

el control, preguntó en

por un momento. Instintivamente quería empujarlo, pero pensó en todos los sentimientos que había vertido en los últimos años, que

sensación de deslumbramiento, jincluso tenía un sentido

inclinó para arreglar su camisa desordenada. Miró su rostro confundido y dijo con voz tranquila: “Clara, ya estás herida,

despertó completamente, ise sentía muy

un cigarrillo y jugó con él entre sus dedos. Después de un rato, de repente dijo: “Debes estar muy curiosa, a pesar de que conozco la personalidad de Raúl, ¿por qué todavía permitiría que Silvia se

rompió el cigarrillo, dijo con un poco de irritación: “Hace

Raúl®.

cuando volvió a mirarlo, su voz temblaba: “Abogado Bécquer, jahora que lo sé! Te prometo que no provocaré a la señorita

explicarle, pero Clara lo entendió de esa manera, pero con su personalidad, no diría más, solo la miró profundamente y se quejó: “Eres tan tonta, ¿cómo puedes ser

y Clara se quedó sentada en blanco. Cogió su teléfono, pero se quedó

sino que también le transfirió diez mil dólares. Al ver su nombre en el registro de chat, Clara sintió una sensación de indescriptible. Si no consideraría a Silvia, Flynn realmente no era tan malo para ella, aunque a veces decía cosas hirientes que la

de pensar un poco, finalmente decidió enviar un mensaje: [Abogado Bécquer,

y notó que no había aceptado la transferencia. Pensó por un momento, luego

agradeces? ¿Porque

diez partidos de golf. O tal

Clara recibió el mensaje.

rostro estaba tan rojo como el fuego, no fue tan tonta como para no darse cuenta de sus intenciones. Era difícil de imaginar que Flynn pudiera comunicarse con

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