Capítulo 23

“¿Sería posible que todos estuviéramos equivocados, y que el asesino no fuera un hombre, sino una mujer? ¿Qué tal si fuera la misma Nayra?”, ese policia compartió su teoria con Lucas.

Lucas guardó silencio; yo trataba de explicar, pero era inútil. Ellos no podían escuchar mis gritos ni entender por qué el asesino, después de matarme, había dejado mis pertenencias esparcidas entre tantas victimas, primero fue la pulsera, luego los pendientes, ¿qué diablos quería ese loco?

Segui a Lucas hasta Rio de la Paz, un lugar desolado, muy lejos del orfanato abandonado. Era evidente que el asesino mató y luego arrojó los cuerpos al rio, que los arrastró corriente abajo hasta este remoto lugar donde fueron encontrados; parada a la orilla del rio, miraba el cuerpo cubierto con una sábana blanca y, aún asustada, me tapé los ojos. Ya estoy muerta, y hasta como fantasma sigo siendo una cobarde.

“Los pendientes son definitivamente de Nayra. El último cuerpo tenía su pulsera y este tiene sus pendientes, ¿qué está tratando de decirnos el asesino?”, preguntaba Nacho con recelo. “No será que Kira tenia razón, ¿y la asesina es Nayra?”.

“Aunque no sea Nayra, definitivamente esto tiene que ver con ella. Ahora que ha desaparecido, sus amigos insisten en que no está muerta, que está jugando a las escondidas. Quizás ella es la asesina, o la cómplice del asesino”, dijo alguien más, visiblemente enojado.

“Escuché que Nayra estaba obsesionada con Renán, que haría cualquier cosa para casarse con él, ¿no será que realmente conocía al asesino y dejaba sus cosas a propósito después de cada crimen paral provocar a esos dos?”, Kira, otro policia, se acercó y se unió a la conversación.

Miré a Lucas desesperadamente, negando con la cabeza: “No, no soy yo, yo no lo hice”.

Lucas permaneció en silencio, y después de un largo rato, finalmente habló: “Emitan una orden de búsqueda y captura para Nayra”.

Mi última esperanza se desvaneció en ese momento, mirando irónicamente a los policías, me giré y me alejé sin fuerzas. Ellos no confiaban en mi, incluso estaban difamándome y ya me buscaban como una prófuga; me pregunté si sentirian remordimiento al descubrir mi cuerpo, si lamentarian sus sospechas actuales, pero eso ya no importaba. En este mundo, ya no habia nadie que confiara en mí, nadie creía que estaba muerta y nadie creia que Yuria me habia matado, al contrario, todos le creian.

del Sol.

hogar, donde vivía con mis padres antes de qu la tragedia nos golpeara. En Monte Azur, nuestra familia no era rica, pero teníamos una vida cómoda,

rumbo por las calles, dejando que los vehículos pasaran a través de mi espíritu inmaterial, resultaba que la muerte era aún más desesperante. Como

“Nayri”.

Por favor,

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Capitulo 23

a alguien llorando. Era

marcando un número en su teléfono; me quedé parada bajo una farola, sintiendo todo mi ser

la que crecí; el número al que llamaba era mi antiguo

vuelve”, balbuceaba, llorando hasta quedar

que

no la

a su lado, queriendo abrazarla, pero me senti impotente para hacerlo, solo le decía entre sollozos: “Helda, aquí estoy, aqui. No llores, estoy aquí, Helda”,

lo prometo. Vengaré tu muerte”, dijo ella con la voz ronca, como si

mi interior, como

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