Capítulo 24

En la cafetería de una esquina.

Lucas probablemente nunca imaginó que Helda usaría algo así para forzar un encuentro, por eso, él llegó con un aire de furia, cuando la vio frunció el ceño y dijo, con un tono de alguien que educa: “Entiendo que quieras encontrar a tu amiga, pero esta manera de hacerlo está muy mal”.

“¿Entonces dime cuál es la manera correcta? ¿Esperar a que ustedes, los policías, resuelvan el caso? ¡Ya ha pasado tanto tiempo! Si ella está esperando a que alguien la rescate, ¡debe sentirse tan desesperada!”, Helda perdió un poco el control, gritándole a Lucas.

Él se veía molesto, se masajeó el entrecejo diciendo: “Puedo entender cómo te sientes…”

“¡No, no puedes entenderlo!”, ella lo interrumpió

Lucas se calló, la miró fijamente, sin decir más.

“Si yo no hubiera denunciado la desaparición de Nayra, nadie más lo habría hecho, ustedes ni siquiera habrian abierto una investigación. Ella no tiene ni padre ni madre, ¡no le queda nada! ¡Solo me tiene al mi! Si yo no me hago cargo, ella simplemente desaparecerá”, Helda, con los ojos enrojecidos, apretó sus manos con obstinación por lo frustrada que se sentía.

Yo sé que ella debía de estar sufriendo mucho, muchisimo, su cuerpo está temblando.

te lo suplico, no seas impulsiva, te lo ruego, solo podía rogarle para que no fuera impulsiva, que me olvidara y siguiera adelante con su vida. Pero

le prometas nada, Lucas, no lo hagas!”, lloraba pidiéndole a Lucas que

un buen rato, y finalmente hablo: “Lo siento, no te conozco ni a ti ni a Nayra, perol por lo que he oido de Renán y sus amigos, Nayra no es precisamente una buena mujer, incluso es malintencionada…”

desgraciados! ¿Qué derecho tienen para hablar mal de Nayri? ¡Ellos son los que

con las emociones de una mujer. Helda lloraba, y yo lloraba con

esa clase de persona, yo te lo demostraré”, quizás después de desahogarse, ella

hacer?”, le preguntó Lucas.

de la calle. Si no funciona en un dia, lo intentaré dos, tres, cuantas veces sea necesario, tarde o temprano, lograré sacar a ese loco de su escondite”, Helda apretaba sus manos, su respiración

pena arriesgar tu vida?”, Lucas parecia irritado, encendió un cigarrillo en la zona para

sonrió débilmente: “¿Quieres conocer a Nayra? Ven conmigo,

12:09

siguió por detrás. Y yo también

condujo a Lucas hasta Valle del Sol. Ese era el lugar

de un par de zapatos, abrió la puerta y entró diciendo: “Nayra era muy hermosa, siempre

artística. En la foto, yo vestia un traje blanco,

miraba la

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