Capítulo 0237

Silvia se apartó con gran rapidez de él. Julio se sorprendió muchísimo, pero luego le dijo con

una voz muy suave:

-Estoy bien. ¿Realmente, estás loca por sentarte aquí toda la noche?

Ayer le pidió a Adrian que trajera a Silvia adentro, pero ella se negó én lo absoluto.

Esa voz tan suave suya hizo que Silvia volviera a dudarlo de nuevo, entonces ¿había sido todo un malentendido? Si fuera por causa de los gemelos, ¿cómo podrían tener el mismo nombre? Y conociendo a este Julio, nunca toleraría reemplazar a otra persona, ni mucho menos ser el

sustituto de otro.

-Julio, nos conocemos desde muy pequeños, ¿verdad? -le preguntó Silvia.

Julio pensó que ella seguramente estaba muy asustada por lo de anoche así que, se agachó y la abrazó:

Claro, nos conocemos desde hace más de diez años.

Las lágrimas de Silvia comenzaron a rodar por completo sin control:

de

tiempo, ¿cómo

jefe tan amable con una mujer. Ni siquiera Nadia había sido tratada con

entendía muy bien por qué ella había comenzado a llorar de repente y le

no me pasa nada en lo absoluto. La alergia no me

muy amable, su forma de hablar

diez años, cuando él se lastimaba, le decía

esto es culpa

pronto.

Pero no se había dado cuenta de esto

hacía

+15 BONUS

la espalda, sin saber cómo lograr consolarla. Tampoco entendía muy bien por

que,

rato, Silvia se fue calmando poco a poco. Ella sabía independientemente si había confundido a la persona o no, tenía que irse

más contacto con ellos.

un hermoso lugar – le dijo Julio, tomándola de la

que el

de su autora favorita. Lo más sorprendente de todo, era que el lugar estaba lleno por completo de cerezos en flor, tal y

ya

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