Capítulo 0236

Julio cambió levemente su expresión:

-No voy a devolverlos, tú decides si los quieres o no.

Pateó con desagrado un regalo al lado y se dirigió directamente al baño.

Una vez en el baño, sintió una fuerte picazón por todo el cuerpo, así que tomó dos píldoras para la alergia y se fue de inmediato a bañar.

Silvia, sola afuera, los miró con gran atención; ¿habría al menos un centenar de regalos aquí? Después de casarse con Julio, usó la mayor parte de su patrimonio personal para apoyar en completo secreto su empresa, por lo que se privó de muchísimas cosas. Así que

hacía

investigaciones, anotaba las cosas que le gustaban y sus respectivos precios.

Pensándolo bien, en ese momento era realmente una verdadera tonta, pero también en verdad amaba a Julio. Aunque él con solo mover un dedo podía comprar todas esas cosas, ella seguía ahorrando, solo para evitar que él tuviera problemas en el trabajo.

Julio se demoró por mucho tiempo en el baño, y cuando salió, Silvia se quedó asombrada. ¡ Todo el cuerpo del hombre estaba lleno de urticaria!

-Julio, ¿qué te pasa?

Julio respiraba con gran

dificultad.

-Esto no es nada, solo que las flores aquí huelen demasiado fuerte.

–Voy a llamar a Adrian para que te lleve al hospital le dijo Silvia rápidamente mientras

sacaba su teléfono.

detuvo al instante:

hace falta, descansar una

algo que mostrarle

era algo leve y no hizo la llamada.

se fruncía de vez en cuando y su respiración se volvía

-¡Julio!

-Sí.

después, el sonido de una ambulancia resonó

que Silvia supo que Julio era alérgico al polen. Sentada en

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del hospital, apretaba fuertemente las manos con una expresión bastante compleja. Porque, en sus recuerdos, Julio no era alérgico

acercó asombrado:

el medicamento para la alergia no funcionara,

a tiempo.

cabeza y lo miró:

siempre ha sido alérgico al

Adrian se sorprendió:

-¿No lo sabías?

lo amaba Silvia y lo bien que lo trataba, entonces, ¿cómo era posible que no supiera que era alérgico

polen desde que nació -respondió con rapidez Adrian.

que ella había amado desde muy pequeña. Porque recordaba con claridad que cuando su madre la golpeó, Julio le había llevado

flores, pero lamentablemente a mi familia no le gustan, así puedo regalártelas. ¿Podrías cuidarlas con esmero por mí?

entonces, le gustaba cultivar flores

él… —murmuró Silvia.

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