Capitulo 0252

Julio no fue al aeropuerto, sino que regresó rápidamente a Quintas del Arroyo. Mandó a alguien allevar el cepillo de dientes usado por Juan al hospital para hacerle las respectivas pruebas de ADN.

Mientras tanto, Viviana y Oscar ya estaban en el avión, sin darse cuenta de que alguien los seguia. Mirando la vasta extensión blanca afuera, Viviana se sintió bastante aliviada.

Por fin podremos vivir en paz.

Oscar no respondió, parecía lleno de grandes preocupaciones.

Pensando que quizás extrañaba a sus amigos del jardín de infantes, Viviana intentó consolarlo:

-No te preocupes, en el futuro llevaré a Marcos a visitarte.

Oscar volvió en sí, la miró de reojo y dijo:

-Está bien.

Viviana quería decir algo más, pero Oscar ya había tomado el periódico que estaba en el avión. La noticia principal seguía siendo casualmente sobre Natalia. Probablemente no perdería interés en una semana, ya que, para el público, Natalia era ahora la novia de Julio.

Oscar le echó un ligero vistazo, pero pronto perdió interés y cubrió su tierno rostro con el periódico, descansando un poco.

Mirando al pequeño a su lado, Viviana sinceramente sintió que era muy maduro para su edad, no parecía en lo absoluto un niño. No era de extrañar que durante todos estos días en Brasmo, nunca mencionara la idea de buscar a su padre, ni regresar a casa.

Ahora que, en el avión de regreso, parecía completamente calmado.

Aún faltaban ocho horas para llegar a la ciudad portuaria de Aguablanca, donde Silvia se encontraba actualmente. Viviana también se quedó profundamente dormida.

cuando llegaron a Aguablanca era de noche. Silvia ya estaba esperándolos con grandes ansiosas allí desde temprano.

corría hacia Oscar y lo abrazó.

con su cara sonrosada,

-Mamá.

regresemos a casa primero.

la niñera estaban preparando muy atentas la

415 BONUS

con esmero.

olvidaste ponerle

suaves palmaditas en

ya no

crezca, cocinará para la

Juanito es muy considerado.

niñera intervino

está bien de salud, vaya mejor a descansar. Si no, cuando Silvia regrese más

estaba indignado: -Después del

asombrado los

-¡Bien merecido!

en ese momento el televisor y

largo periodo de tiempo. Hoy, al ver a los dos pequeños juntos, con caras

realmente maravillosa. ¡Dos pequeñines tan lindos, déjenme abrazarlos!

muy cariñoso, no le gustaba que nadie más que su mamá lo abrazara, así que sonrió traviesamente.

yo ya somos grandes, por lo tanto, no se permite

que de inmediato el corazón de Viviana se derritiera. Si no fuera enfermedad de Juan, ya lo habría

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