Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 157

Una empleada pasaba empujando un estante cuando nos interrumpió: “Disculpe, permiso.”

Retrocedí junto con Leticia antes de preguntar: “¿Qué decías?”

“¿No será ella la hija biológica de tu suegro?” Leticia tenía una expresión de entusiasmo.

Fruncí el ceño y le dije: “No creo… Ella es dos años mayor que Isaac.”

¿Acaso sería una infidelidad desde tan temprano?

“¿Y qué tiene?”

Leticia, sin preocuparse, comentó emocionada sobre los chismes de la alta sociedad: “Esos de la alta sociedad son un desastre, ¿acaso no es lo común casarse y tener varias amantes por fuera?”

“Pero aun asi…”

Todavía sentia que algo no estaba bien y dije: “Si Andrea realmente fuera su hija biológica, y al abuelo le desagrada tanto Andrea, ¿por qué no se lo diría al abuelo?”

Si se tratara de su propia nieta, seguramente sería diferente.

fuera su hija, ¿cómo podría permitir que

de repente dijo: “No, sigue

en ello, no tiene nada que ver

golpecito en la cabeza y le pasé una bolsa de papas fritas diciéndole: “Aquí tienes, tus favoritas

sabor tomate.”

pronto sería el próximo mes. Una vez que obtuviera el certificado de divorcio, Isaac y yo perteneceríamos a mundos diferentes, y lo mismo sucedería

compartían la misma cama, ya no

restaurante privado de cocina colombiana, Leticia y yo llegamos primero. Cuando llegó David, Leticia vio que venía solo y con sarcasmo tiró de la comisura de su boca, sin decir

la iniciativa: “¿David, Thiago Fernández no

estaba Leticia, Thiago se aseguraba de unirse.

entre él y Leticia, por

un-asunto.”

muy bien y dijo: “Fue a una cita a ciegas, su familia quiere que

una especie de resignación, pero no me sorprendió, solo no esperaba que ese día llegara tan pronto. La relación entre Leticia y él estaba condenada desde el principio. Al igual que yo e Isaac, si no fuera

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consolar a Leticia. Sin embargo, fue Leticia quien habló primero: “Cloé, fuiste enrepresentación de la empresa al concurso de diseño y ganaste el primer lugar, pero ya renunciaste, ¿qué pasará con

sorprendí y miré a David diciéndole: “Si, David,