Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 217

Leticia se quedó boquiabierta.

“¿No me digas?”

“Así es.”

No sabía cuándo podría convencer al señor ese de ir a sacar el acta de divorcio, por lo que tendría que esperar hasta quien sabia cuándo.

Leticia, viendo que estaba de mal humor, me consoló diciendo: “No te preocupes, el divorcio, mientras uno de los dos realmente quiera separarse, es solo cuestión de tiempo. Además, ya lo han arreglado todo, solo falta el acta de divorcio, puedes considerarte ya divorciada.”

Le sonrei, charlamos un rato y cambié de tema: “¿Y tú? ¿Thiago no ha venido a buscarte?”

Cuando me mudé, Thiago me ayudó, por lo que le debja una comida. Seguro que aún recordaba esa dirección. Aunque no lo supiera, preguntándole a Isaac lo averiguaria enseguida.

Leticia se desanimó un poco, y con voz suave dijo: “No, no se atreve a venir fácilmente a tu casa.”

“¿Por qué?”

“Le tiene miedo a Isaac.”

Más tarde, no tenía ganas de cocinar y-Leticia tampoco era que se destacara por sus habilidades culinarias, así que decidimos pedir comida a domicilio.

y charlábamos, Leticia revisaba su teléfono

¿esa madre y su hija armaron tal

Me quedé parada, y ella me pasó el

seguía subiendo a los trending topics. Era como la hierba mala, que apenas arrancabas una aparecía otra. En Puerto

circo! Resultó ser que la pobre hijastra nada más y nada menos que una

hijo con la misma mamacita, y la madre e hija

expliquen esto, ¿esa mujer tiene los cables cruzados o qué? Teniendo a un papacito como Isaac Montes y todavía revolcándose con un ruco como su suegro… ¡no entiendo!”

chavita ni quiere con él y solo necesita alguien que cumpla

hija, son más picaras de lo que parecen. Parece que la mamá le enseñó a la hija a

me estaba partiendo el corazón por la pobre madre de

1/2

15:04

Capitulo 217

bueno… Me estoy haciendo un lío sobre a quién deberia

valor, ellas están armando tal escándalo y tú todavía te atréves a mirar, sin temor a ser arrastrada.”

sin

“Dios sabe cuánto tiempo he esperado

Leticia, nunca quise ocultar lo que realmente pensaba.

gesto con la boca y me dijo: “Mientras no te

enfrentaria.”

Incluso le di una bofetada a Andrea, no solo no perdi,