Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 311

No le di mucha importancia y sonrei diciendo: “Ya hemos caminado un buen rato, ya me bañé al llegar a

casa.”

“Eso es bueno.”

‘Tía, Gonzalo no te ha seguido molestando, verdad?”

Antes de imos, David le habia advertido a Gonzalo, Gonzalo asentía una y otra vez, casi se arrodilla.

Mi tia asintió, “No, tranquila, ya firmó el acuerdo de divorcio, justo se acaba de ir.”

Me sorprendí un poco y le pregunté: “¿Así de fácil firmo?”

Al parecer realmente le tenia miedo a David. A pesar de que anoche estaba jurando que se dividiría mi patrimonio.

Mi tia también se alivio: “Si, tienes que agradecerle mucho al presidente Guzmán, es una buena persona.

“Claro, no te preocupes, buscaré la oportunidad para agradecerle.”

Que mi tia pudiera divorciarse sin problemas también me quitaba una gran preocupación. De esa manera, en el futuro solo tendria que cuidar de mi tia, sin tener que lidiar con ese viejo sinvergüenza.

Nancy&Dorcy era una marca nueva en el mercado, por lo que el negocio era regular. Pero eso no

ocupada. Después de castmedio mes de trabajo,

usó para hacer el diseño de los tirantes, con una tela de color plata brillante que cortaba justo en la cintura, destacando la figura de manera prominente; con grandes cantidades de diamante incrustados en el

que se balancearia suavemente con el movimiento al caminar. Abril tenía todo lo que queria,

que fuera a probarse el vestido. Sin embargo, Abril pospuso la cita hasta la tarde. Los demás

hoy viene a buscar problemas y no va a ser tan

“No hay problema.”

cuello diciendole: “Después de todo, ya pagó la mitad del dinero. Si quiere buscar problemas, los problemas serán para su fiesta de compromiso y su dinero.

dinero que ya

pensar, ¿ahora aprendiste a hacer eso?” Leticia se

“¿Qué más puedo hacer?”

de hombros agregando: “No puedo permitir que

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Capitulo 311

¿verdad?”

Jazmin entró, diciendo educadamente: “Cloé, la señorita Monroy

entró con Lorena, mirando alrededor de mi despacho y

de pruebas,” Las llevé a ella y a

colgaba en el centro. Los ojos de Abril se iluminaron de inmediato, pero

tomó el vestido con cuidado y dijo: “Señorita Monroy, por favor entre a cambiarse. Si necesita

de ponerselos la persona diseñado para

misma. Pero ese