Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 403

Como si no hubiera escuchado, segui con lo mío y dije: “No solo es que ella no me quiera, en realidad, tú también me detestas, ¿verdad? Pero, yo sé que eres mi padre biológico. ¿Por qué un padre odiaría a su propio hijo? ¿Será que mi madre biológica y tú tuvieron algún conflicto…?”

“¡Basta ya!” Luis exclamó con voz baja, su rostro se torno rojo, luego reclamó: “Has vuelto a Puerto Nuevo después de dos años, ¿cómo es que te has vuelto tan rebelde e insoportable como cuando eras pequeña?”

Llegué a mi conclusión: “¡Oh! Parece que mi madre biológica realmente es otra persona.*

Obtuve la respuesta que buscaba. Eso me lo había dicho aquel psicólogo en Francia. Cuanto más alguien evade tu pregunta o se irrita, más evidento es que hay un problema. Originalmente tenía mis sospechas, pero con su reacción ya estaba completamente segura.

Luis, que usualmente se muestra refinado, en ese momento me miró con un destello de disgusto en sus ojos diciendo: “¡Lárgate!”

“Está bien.” Asenti, sonrei ligeramente y, antes de que explotara, me di la vuelta con elegancia.

Espera!” De repente me detuvo: “¿Acabas de hablar con abuela?”

Me volteé al contestar: “Si.”

mencionó algo sobre un testamento…?” Indagó él.

hizo un testamento?” Pregunté

a preguntar: “¿Y qué hay sobre la distribución de la herencia…?”

estar enojada: “Te estás precipitando demasiado, ¿no crees? Con la mente de abuela aún tan nublada, ¿cómo podría hablarme de la distribución de la herencia? Te aconsejaría que

luego añadí casualmente: “Después de todo, nadie sabe lo que dice el testamento, solo con abuela viva

para cenar juntas. Nos sentamos en la terraza, y después de que le conté la sucedido esa tarde, tomó un sorbo de vino y pensó un momento, luego dijo:

es que dijo que no

no lo sé.” Le

un trago, y el líquido frío y amargo se deslizó por mi

pelaba unos camarones y de repente frunció el ceño: “¿No será que

ver a abuela, y no fue

selectiva, por ejemplo, recordar todo menos

estás en una telenovela?” Pregunté.

pelados en su plato comentando: “Siento que él

silla de ruedas, ¿cómo

silencio. Pero antes de dejar el sanatorio, confirmé con el personal de enfermería. Desde que entró a la habitación hasta que se fue, siempre estuvo en