Capítulo 430

Elías reaccionó el más rápido, ágilmente se deslizó del sofá y corrió a abrir la puerta saludando: “Tlo…! ¡Gracias, Jorge!”

Era el pedido de comida a domicilio que había hecho.

Fui a recibirlo, cerré la puerta de nuevo y le di una palmadita en la cabeza a Elías preguntándole: “Extrañabas a tu tío?”

“Ah… no.”

Elías negó con la cabeza: “No lo extraño, solo quiero estar contigo. Cloé, ¿puedo dormir contigo esta noche?”

“Necesitamos la aprobación de tu tío.”

Lo llevé hacia el comedor, mirando a David mientras le decía: “David, lo pedí de un restaurante local de Villa del Mar, ven a probar.”

“Bueno.”

David no era nada exigente con la comida, comía de todo. Se acercó, y cuando iba a sentarse a mi lado, Elías trepó por la silla detrás de él, tocándole la cintura con ternura mientras le decía: “Señor, ¿puedes sentarte enfrente? Quiero sentarmè junto a Cloé.”

David bajó la mirada hacia él y pellizcó su mejilla asintiendo: “Está bien.”

Cinco platos y una sopa, la cena fue bastante ligera. Elías fue muy obediente, con una cuchara en mano, podía manejar su pequeño plato por sí mismo. Solo necesitaba ayuda para servir la comida ocasionalmente, para lo que me llamaba.

“Cloé, ¿y la cena de tío?”

Comiendo, el pequeño de repente recordó algo, mirándome con sus grandes ojos: “El tío es muy pobre, no puede cocinar por sí mismo…”

“Él también puede pedir comida a domicilio.”

Reí suavemente, tratando de guiarlo: “Además, cuando tenemos visitas en casa, debemos atender a las visitas primero, ¿verdad?”

“¡Es cierto, el tío es de la familia!”

Elías sonrió felizmente, agitando su cucharita mientras exclamaba: “¡No necesitamos preocuparnos por él!”

sorprenderse por un momento mientras preguntaba: “¿Tú y Camilo,

“No.”

vive en

sonriendo: “Entonces están muy cerca, parece que él tendrá

“David.”

mostré impotente, justo cuando iba a decir

retorcía queriendo abrir la puerta y

había terminado su reunión y venía a buscar

con un par de ojos marrones ligeramente molestos

su silla de ruedas, mirándome hacia arriba: “Empújame un poco.”

manejarla…” Su silla de ruedas era eléctrica.

bostezó, distrayéndose: “Me torcí la

“Está bien.”

hacia adentro y diciéndole al niño:

“Si.”

era ambiguo: “Ya tenía hambre, pensé qué me llamarías para comer.”

Como si fuera algún insensible que

“Dijiste que tenías una reunión…”

dijo: “Entonces, ¿pensabas

pensé.” Respondi

comedor, con las piernitas colgando,

“Si.”

silla, esforzándose por hacerle

ceja, pero no dijo nada. La atmósfera que siguió fue un poco extraña.

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Capitulo 430

decía: “Este es

a domicilio llegó, parece que el

bastante

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