Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 489

Me enfadé tanto que levante la mano para darle un golpe, “¿Así que les has contado a todos que soy tu esposa!? ¡Y además les mostraste mi foto! ¡Quieres matarme de vergüenza o qué!”

Camilo se rio durante un buen rato, y, temiendo que realmente me enojara, rápidamente me rodeó la cintura con sus brazos, “Ya está, ya está, no te enfades, tarde o temprano todos tendrían que conocerte.”

“Así, podrás entrar y salir del Grupo Galindo sin ningún problema. Además, ¿qué hay de malo? ¡A partir de ahora todos te van a saludar con respeto!”

Al escucharlo, me sentí como un gato al que le acarician el pelo en contra de la dirección, “¿Pero no podrías encontrar otra manera de hacerlo?”

Él se defendió con convicción, “Esta es la manera más eficiente.”

Me quedé sin palabras, y de repente me di cuenta de que parecía haber caído en su trampa, “Sin vergüenza, ¡solo estamos saliendo, quién dice que soy tu esposa!”

“¿No quieres casarte conmigo?” Los labios de Camilo se curvaron ligeramente, “¿Entonces me caso con otra?”

“¡Ni lo sueñes!”

Dije eso mientras levantaba la cabeza, solo para encontrarme con sus brillantes ojos. Él bajó la mirada y notó mi mano derecha escondida detrás de mi, “¿Qué escondes?”

“Comida para gatos.”

Él soltó una risa sofocada, y de repente, aprovechando que no estaba preparada, extendió su mano larga y robó la fiambrera, al abrirla, parecía algo incrédulo, “Cloé, ¿realmente eres tan considerada?”

H

“…Tú recién te das cuenta.” Murmuré y me senté en el sofá cercano.

Definitivamente había madurado, volviéndome completamente diferente a cómo era cuando era niña. No era de extrañar que estuviera sorprendido.

Durante el tiempo que recuperé la memoria, a menudo me asombraba cómo las experiencias realmente podían cambiar a una persona completamente. Camilo guardó silencio por un momento, luego levantó ligeramente las cejas, “Realmente acabo de darme cuenta.”

a beber la sopa a gusto. Sin embargo, siempre sentí que algo andaba mal con su estado

ocultarlo con esfuerzo.

tratando de

“Una subordinada.”

tienes que preocuparte

ligeramente los labios,

incómoda, pero por suerte, esa sensación no duró mucho. Pronto, mi teléfono sonó. Leticia me llamaba, instándome a

cada vez menos hábil manejando relaciones íntimas. Cualquier cambio sutil,

entrada con más tráfico de personas en el centro comercial, no era la mejor ubicación, pero

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la femenina. Después de discutir el plan inicial con la

las llaves del coche a Leticia antes de volver a casa y le

varias veces antes de hablar, “¿Qué pasa? Estás rara desde que fuiste a ver a Camilo. ¿Descubriste que él estaba coqueteando

dices? Claro

contaba como un

duda, “¿Entonces qué pasa? ¿Dudas intermitentes sobre los

“¡No es

eso,

preocuparte por tonterías. Estar en una relación donde estás

frase motivacional. Después de decirlo, hasta ella misma se estremeció de disgusto, pero yo tuve una epifanía.

amor que Camilo sentía por mí, realmente no tenía

su oficina, mirando la fiambrera ahora vacía, un poco distraído.

el intercomunicador, “¿A qué hora

¡ya está en la entrada de la empresa!” Después de colgar, rápidamente envió un WhatsApp

poco o qué? Si no apareces ahora,

la ciudad estaba programado desde la semana pasada. Se suponía que regresaría

trabajo allí, se lo dejaron todo a los subordinados de Fabio. Nadie sabía qué había hecho para molestar

Camilo.