Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 534

Camilo me lanzó una mirada de reojo, sin responder, y la fuerza en su muñeca no disminuyö, impidiéndome retirar mi mano.

Saco su teléfono móvil e hizo una llamada

Poco después, un mesero llegó con hisopos de yodo y una crema.

Camilo rompió un hisopo y aplicó el yodo suavemente sobre mi herida, sus largas pestañas ocultaban sus emociones, pero su voz sonaba claramente un poco ahogada, “Cómo viviste antes, no es asunto mío, pero de ahora en adelante, debes cuidarte mejor. Los descuidos son mi responsabilidad.”

Mi corazón tembló ligeramente, y mis ojos se llenaron de lágrimas, casi queriendo

llorar.

Resulta que no solo se llora de tristeza.

Antes de que pudiera hablar, las hábiles manos de Camilo ya habían abierto la crema, a pesar de haber dicho antes que no era bueno para curar heridas, ahora lo hacía con destreza, con más seriedad y precisión que cuando firmaba contratos de miles de millones.

se esparció por todo

sujetando mi tobillo para evitar que me moviera, y

no contaba como dolor. Y la crema, siendo tan refrescante, era mucho más

de mis zapatos.

ligeramente, acabando de

cintura con ambas manos

mía, sus ojos castaños llenos de una resignación implícita, cediendo dijo: “Cloé, me duele

un beso, pero no cerré los ojos como solía hacerlo, deseando grabar este momento de profunda y emotiva ternura en

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Capitulo 534

estos fragmentos que me hicieron sentir

noté su reacción corporal, me alejé con las mejillas ardiendo de rubor, sintiéndome un poco

arregló la ropa que había desordenado, manteniéndome en sus brazos con una mano y con la otra me sujetó la mejilla, “¿Así que el alcohol te da valor para provocarme asi?”