Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 130

Elia se comportaba como un gatito herido, tenía su cara pegada a su pecho, las lágrimas corrian sin parar.

Sus lágrimas empaparon la camisa de Asier, eran calientes, como agua hirviendo, quemándole el corazón.

La mano de Asier apretó su brazo fuertemente, al final, la abrazó, dejándola llorar a mares.

El tiempo pasaba lentamente.

Después de llorar un rato, la conmoción de Elia se fue calmando poco a poco, y su energia se recuperaba gradualmente.

Se dio cuenta de que estaba en los brazos de Asier, se puso de pie de inmediato, y se separó de su abrazo, con los ojos rojos, dijo: “Lo siento, moje tu camisa, la lavare por ti.”

Su voz estaba ronca por el llanto.

Al escucharla, Asier sintió un dolor en su corazón.

A pesar de todo, todavia se preocupaba por haber ensuciado su camisa, ¿qué tan baja era su autoestima?

cuerdas de las manos,

que ella habia venido voluntariamente con

debería haber fingido no verlo, porque no era alguien que se entrometiera en los asuntos de

cómo el tacto de su piel era tan similar al de la mujer que lo

+

estaba lleno de inquietud y

de dirección a mitad de camino y llegó al

no eran como las imaginaba, Elia no habia venido voluntariamente, habia sido

punto de sufrir una pérdida

en todo lo que había pasado, su corazón estaba lleno de miedo y alivio, las lágrimas

sollozos, dijo: “Originalmente planeaba tomar un taxi a casa, pero no esperaba que el conductor fuera Javier. En el camino, me di cuenta de que algo andaba mal, le pedi que se detuviera, pero no lo hizo, condujo directamente este estacionamiento, me ato y

las lágrimas inundaban,

miedo, solo con repetirlo,

mirada de Asier era profunda, llamó por teléfono: “Hay un secuestrador aqui, ven a llevártelo,

y

a Elia

asiento del copiloto, cubierta con su traje,

de seguridad

miraba hacia adelante con los ojos rojos, sin

concentrado

carro era sutil y