Capitulo 316

El chico tenia el pelo cortito y limpio, vestia una camiseta de manga larga blanca con pantalones largos color café. Tenía la cara limpia y sus cejas eran tiernas y llenas. A pesar de su corta edad, ya mostraba un aire de belleza fria y distante.

Ese era Abel, que tenia a Elia angustiada.

“Abel1” Elia se acercó rápidamente con los otros tres chicos, soltó sus manos y recogió a Abel de su silla, abrazándolo fuertemente. Dijo, emocionada y asustada “Cariño, me asustaste, pensé que te habías perdido

Finalmente, la tensión por la preocupación por Abel se desvaneció.

Elia no pudo evitar que se le humedecieran los ojos, queriendo llorar, acariciaba la cara de Abel sin parar

Abel también sintió la preocupación y el amor de su madre. Aunque no era muy dado a las muestras de cariño, en ese momento abrazó a Elia y apoyo su cara en la de ella, tranquilizándola “Mamá, estoy bien, no tienes que preocuparte por mi, no me perdere.”

El empleado que habia estado a punto de darle una récompensa a Abel sonrió y dijo: “Es cierto, señorita, su hijo es muy inteligente. Con tal alto coeficiente intelectual, definitivamente no se perderia. Solo tiene cuatro años y ya puede arreglar computadoras que ni siquiera nuestro personal puede arreglar. Es un genio de la computación”

se calmo, miró al empleado con confusión, luego miró a Abel sorprendida y preguntó:

pero clara “Después de salir del baño no te vi, así que fui a buscarte a la sala de descanso. Pero escuché a un hombre hablando por teléfono, decía que la computadora que administraba la vigilancia estaba rota, y que a pesar de que

vistazo

explico a Elia: “Mamá, quiero delatar a mi hermano, siempre está mirando esos

Abel habia aprendido

un extraño para arreglar una computadora era solo una

y se volteó hacia el empleado: “Mi hijo tiene una gran capacidad de aprendizaje. probablemente debido a que ha visto casos similares de reparación en

respondió con una sonrisa Tener una memoria fotográfica también es un signo de genio, ¿verdad?” Le entregó

“Elia se negó

dinero, diciéndole También tendríamos que pagarle a un profesional si lo llamamos para que venga a reparar la computadora. Comparado con eso, este dinero es poco.

dijiste que nos ibas a comprar dulces Joel ladeó la cabeza, en

y adorable, merecen ser recompensados

y agradeció con una sonrisa: “Entonces,

de qué, es lo menos que podemos

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