Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 877

Ella sabia que después de que su abuelo y el abuelo de Asier habian acordado su compromiso verbalmente, Betiana se aferró a ese compromiso, proclamandose a si misma como la prometida de Asier Y Benjamin también lo había aceptado

Betiana, aprovechando la aceptación de Benjamin, habia estado anunciando a los cuatro vientos que era la prometida de Asier

Pero en ese momento, el último hilo que la unia a Asier, había sido cortado de un tajo por Benjamin.

Desde entonces, Betiana ya no tenia nada que ver con Asier

Habia estado maquinando eliminar a todas las mujeres alrededor de Asier, para tener la oportunidad de estar a su lado, e incluso de convertirse

en su esposa

Pero para su sorpresa, sus planes se volvieron en su contra, y al final, la última conexión que tenia con Asier fue cortada personalmente por Benjamin

Betiana no pudo soportar el golpe y se tambaleó hacia atrás.

Viendo la determinación en los ojos de Benjamin, sabia que estaba enfadado y que no serviria de nada rogarle. Así que, con los ojos llenos de lagrimas, se dirigió hacia Natalia, intentando agarrar su brazo para pedirle ayuda.

antes de que pudiera tocar a Natalia, ésta retrocedió con repugnancia, evitando su contacto y dijo con desprecio: Realmente, no se puede juzgar a un libro por su portada. Te regale esa pulsera con buena intención y nunca imaginé

detuvo, con las lágrimas cayendo de sus ojos. Mordiéndose el labio, miró a Natalia con resentimiento y frustración, queriendo decir algo Pero viendo la advertencia en los ojos de Natalia, solo pudo tragar su amargura y morderse la lengua, sin pronunciar ni

de ahora, en todas las actividades de la familia

“El guardaespaldas aceptó la orden y se preparó para llevarse a

y dijo: “No

con los ojos llenos de lágrimas y con resentimiento, estaba temblando, pero decidiéndose a decir. “Asier, yo soy la mujer que

ama, te arrepentirás!”

se dio la vuelta y

iba y no la

Rayan, viendo a Betiana salir rapidamente con una gran

Asier se volvió hacia Liuva.

la complice que había incriminado a Elia Liuva estaba nerviosa, preguntándose qué le pasaría

mirada helada y penetrante de Asier, su corazón salto de miedo.

Asier dijo “Echadla!”

guardaespaldas agarro su hombro al instante y la llevó afuera de manera

como si su hombro fuera a ser aplastado, las lagrimas brotaron de

guardaespaldas no mostró ninguna compasión, agarrandola por el hombro y echandola de

al suelo, afortunadamente, era un suelo de baldosas. Si hubiera sido de cemento, se habría raspado las rodillas y