Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1101

“No, cómo iba a enojarme, si no tengo ni el derecho de decidir por mi misma. ¿Cómo voy a tener el derecho de enojarme? Si no hay nada más, voy a colgar.”

“¡Espera!” La voz autoritaria de Asier llegó justo a tiempo.

Elia apretó el teléfono con fuerza, pero al final no se atrevió a colgar sin más. Respiró hondo, contuvo el malestar en su corazón y dijo: “Señor Griera, ¿hay algo más?”

“¿Dónde estás? Voy a buscarte.” Asier no aceptó réplica.

“Estoy en Grupo Fuentes, trabajando horas extras.” Elia lo dijo a propósito y luego colgó.

Desde que el collar con el colgante de nube fue fundido, Asier ya no podia saber su ubicación exacta, ya que dicho collar tenia un dispositivo localizador.

Elia no quería que Asier fuera a buscarla, necesitaba un momento para calmarse. Además, aunque no pudiera escapar, ¿por qué tenía que estar siempre sujeta a Asier?

Después de colgar, Elia tomó un taxi y dio la dirección de Puerto de Estrellas, queriendo volver a estar con su madre..

Siempre que se sentia extremadamente mal, buscaba el hombro de su madre para apoyarse, para ser mimada. Aunque su madre la regañara, se sentia en paz.g2

que era una hija amada por su madre.

amor realmente puede curarlo todo, especialmente el amor de los

sin ellos, solo queda el camino de regreso. Mientras su madre estuviese, siempre será una niña, amada y cuidada; si su madre se

para que

se difundiera.

de Estrellas, las luces de la casa estaban encendidas. Al abrir la puerta, vio a Rosalinda sentada sola en el sofá, perdida en sus pensamientos y con una expresión melancólica.

ese instante, el corazón de Elia se apretó

habló: “Mamá, ¿cómo es que aún

sí, giró la cabeza hacia ella y al ver que era su hija, un brillo volvió

hospitalizada, Rosalinda la cuidó todos los días. Después de que Elia fue dada de alta y se apresuró a volver al trabajo, Rosalinda no la detuvo; sabía que Elia carecía de seguridad, que si perdía su trabajo, perderia su

sus ingresos sería como si el

y sin que Elia volviera, Rosalinda asumió que había ido a Villa Serenidad, pero

“Hoy no fui a Villa Serenidad, volví a

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modeó el brazo de Rosalinda con el

sonrisa indulgente, dijo. “Mira cómo eres, todavia fe comportas como una niña

respondió con una