Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1294

“Sr. Fuentes, mejor ve tú solo, yo no me voy a entrometer,” dijo Elia sin siquiera voltear.

“Liuva se lastimó al salvar a Asier, tú deberias ir a agradecerle en nombre de Asier,” Vicente se detuvo, dejando de seguirla.

Habia revelado su verdadero propósito.

El paso acelerado de Elia se detuvo de golpe.

Sus manos, colgando a los lados de su cuerpo, se apretaron con fuerza. Su respiración se agitó y, girando, miró fijamente a Vicente y dijo: “¡Es cierto, ella salvó a Asier, y el salvado fue Asier! Eso es asunto entre ellos dos, ¿qué tengo que ver yo? ¿Con qué derecho voy a agradecerle yo en lugar de Asier?”

Ese asunto siempre había sido una espina en el corazón de Elia.

Asier creia que ella había manipulado el arnés intencionalmente para golpearlo.

¡Pensó que ella quería matarlo!

Elia no podía olvidar la mirada de Asier en ese momento, aquella frialdad glacial, aquellos ojos negros donde se arremolinaban tormentas de nieve y una gélida decepción.g2

Si, su mirada era de decepción.

convencido de que ella había intentado golpear su

confiado en

ella.

hablaba afectada, su respiración era agitada, y las lágrimas brotaban sin querer en sus

cabeza, parpadeando para reprimir las

¿Qué relación habia entre ella y

esperaba que sus palabras

flores, y su rostro ya no

esparciendo Liuva por ahí? le preguntó

lo miró de

a calmarse poco

hijo varón de la familia

sorprendida, ¡Liuva estaba difamándola!

pedi que fueras al hospital a verla para que te presentaras como la mujer de Asier y le agradecieras por haberlo salvado. Si tú le agradeces por salvar a Asier, la gente pensará que te importa Asier. No creerán sus

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también pensaba en el bienestar

el ceño: “Que diga lo que quiera, ya no me

mirada hacia el horizonte.

hijos. ¿Qué pensará Benjamin si escucha esos rumores? ¿Tendrá algún prejuicio contra tus