Capítulo 1567

Los dos volvieron a sentarse al lado de la mesa.

Justo en ese momento, el camarero trajo los platos de Priscila y Orson a su mesa. Al ver a Priscila parada en el pasillo, el camarero dijo cortésmente: “Señorita, su bistec…”

Priscila se giró bruscamente, mirando furiosa al camarero y, al ver el plato de bistec que traía, la ira le inundó. Se acercó rápidamente y, de un golpe, volcó el bistec que el camarero llevaba, exclamando con enojo: “¡El ya se fue, para qué quiero la comida ahora!”

El bistec, recién salido de la sartén, cayó sobre el camarero.

El camarero, quemado y asustado, retrocedió rápidamente, soltando la bandeja de sus manos y lanzando un grito de dolor.

La bandeja que cayó al suelo casi golpea el pie de Priscila, quien instintivamente dio un paso atrás y, con ira, le dijo al camarero: “¿Así que se enojan cuando les digo que sirven lento?”

“¿Esta es la actitud de servicio de un restaurante de alta gama? ¿Saben quién soy? Si me llegan a lastimar, ¿podrían asumir la responsabilidad? ¡Llamen a su gerente!” Priscila, con las manos en la cintura y una actitud altanera, estaba furiosa.

él, sin prestarle atención, se apresuró a decir: “Señorita, por favor no se enoje, el bistec lo

eso, también tienen que arrodillarse y pedirme disculpas. ¡Es por su lentitud que mi esposo tuvo que irse sin comer! ¡Esto ha dañado la relación entre

gerente del restaurante llegó corriendo, vio el desorden en el suelo y reprendió al

la cabeza baja y el ceño fruncido, apretaba los

al camarero, el gerente cambió inmediatamente su actitud a una más cortés y humilde hacia Priscila: “Señorita, por favor cálmese, nuestro restaurante le compensará con una

de su camarero, mi esposo se fue sin comer. ¿Saben qué día es hoy? ¡Es el día más importante para arreglar las grietas en nuestra relación! Una comida bien servida y todo estaría bien entre nosotros otra vez, pero ahora, él

que Priscila pedía una compensación de doscientos mil, levantó la cabeza, mirándola con incredulidad y

pobre, trabajaba en el restaurante para pagar la universidad, viviendo con lo justo. Incluso trabajando toda la noche, apenas ganaba trescientos.

mil era una

joven camarero palideció de miedo y rogó: “Señorita, realmente serví lo más rápido que pude, todo el personal de la cocina puede atestiguarlo, por favor perdóneme…”

encima te defiendes, jarrodillate ya y disculpate!”

camarero temblaba por completo, humillación, miedo,

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