Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1782

Orson caminaba de un lado a otro, lleno de ira. Había estado fantaseando que todo era un truco de Priscila y que aquel niño no podía ser su hijo, pero la realidad lo dejó completamente desilusionado.

Jimena ya no lo perdonaba y, si descubría que aquel niño era su hijo, no tendria ninguna posibilidad con ella en esta vida.

Mientras Orson se consumía en su frustración, su teléfono tirado en el sofá sonó de nuevo con una llamada entrante.

Echo un vistazo y, al ver que Priscila aparecia en la pantalla, una oleada de rabia ardiente brotó de su pecho, apretó los dientes con furia y se inclino para apagar el celular de un golpe.

El tono del teléfono se detuvo y todo quedo en silencio.

Pero la tranquilidad de Orson estaba lejos de volver.

Se quedó en casa un rato, y cuando empezaba a oscurecer, escuchó ruidos en la puerta. Al levantar la vista, la puerta se abrió y una figura entró.

burlona en el rostro. Sin más, encendió el interruptor de la entrada: “Orson, ¿qué

espacio y

desgano: “Vicente Fuentes, ¿qué haces aquí?”

abuelos Salcedo los que me pidieron que viniera“, intervino Vicente, y detrás de él, el abuelo y la abuela Salcedo avanzaron con expresión seria hacia Orson.

levantó la cabeza sorprendido y dijo

caminó rápidamente hacia Orson, y con el rostro tenso y molesto

enteró de que Orson y Jimena tuvieron mellizos y estaba tan

a sus bisnietos, probablemente no podría dormir

habla por un momento y miró confundido a Vicente, quien se encogió de hombros indicando que no tenía nada que ver.

dijo al abuelo Salcedo: “No es eso, abuelo. Solo quería contarte los hechos, no era

haría ahora? Había prometido a Jimena que no lucharia por los niños. Si los abuelos descubrían dónde estaban, seguramente querrían llevarlos inmediatamente a la

estaria Jimena le creaba una imagen

apoyarte para que te cases

momento y miró a Vicente