Capítulo 12

“¿Lo vieron, chicas? ¡Qué guapo y varonil es el Sr. Castillo!”

“Es alto, robusto, y con ese rostro tan serio… ¡Este tipo de hombre es absolutamente letal! ¡Quisiera ser como su Cenicienta del cuento de hadas y tener un montón de hijos con él!”

En un bullicioso club, el baño es siempre el lugar donde las camareras se escapan para descansar y chismear.

Violeta sabia a quién se referían.

Lo había visto cuando entró al club, destacando entre la multitud y dejando a todas las camareras suspirando.

En Costa de Rosa, la familia Castillo, de la que pertenecía Rafael, era reconocida y prominente, manteniendo una posición inquebrantable durante años.

Incluso los funcionarios locales les daban un trato diferencial.

El Grupo Castillo actualmente era más próspero que nunca.

Violeta recordó su propio encuentro con este hombre y cómo había coqueteado con ella….

Bajo la mirada hacia su pierna, sin que nadie notara su pequeño gesto.

El chisme se calentaba cada vez más. “El Sr. Castillo es diferente a Antonio y a los demás. Siempre pide tragos, pero nunca llama a ninguna chica. ¿Creen que podría tener algún problema en ese aspecto?”

Violeta recordó la pasión de aquella noche y su beso dominante…

tiene ningún problema!” Casi se le escapa.

La otra chica la miró, lanzando una suposición

no le gustan los hombres!” Violeta

se giraron hacia ella con sorpresa.

sintió incómoda y trató de explicarse, pero se dio cuenta de que todas las miradas se habían desviado detrás de

vuelta, casi tropieza.

luz cayendo sobre su cabeza y un circulo

su voz burlona.

sin palabras, quería golpearse contra la

de nuevo ese sujeto delante de ella, así que ella junto con las otras camareras

después, le pidieron que llevara bebidas a la sala privada donde estaba Rafael.

más allí, por lo que no tuvo

sala privada, no había música ni cantantes, solo luces de colores.

los demás habían desaparecido, dejando

rostro esculpido se veía a medias en la oscuridad, con un aura poderosa que no era

admitir que era un hombre muy atractivo.

el cenicero, si las

mirarlo directamente, se inclinó para colocar las bebidas, abrió la tapa de la

hacia ella con

“Sírveme mi bebida.”

13:57

movió

se puso el cigarrillo en la boca. “Si no lo

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