Capítulo 41

Violeta levantó la vista y se dio cuenta de que su abuelita ya había despertado. Sus ojos cansados la estaban observando.

Rápidamente, disimuló una lágrima con el movimiento de girar la cabeza, pretendiendo que era como siempre

*No puedes!” dijo Violeta, acariciando la mano de la anciana, “Abuelita, ¿qué estás diciendo?! Con tu estado de salud ahora, es necesario que te quedes en el hospital para recibir tratamiento. No puedes salir. Hablaremos de eso cuando te mejores!”

“Escuché a las enfermeras murmurar que necesitaré otra cirugía, ¿eso es verdad?”

Violeta podia ver la preocupación en los ojos de su abuela. Sonrió y dijo, “No te preocupes por los gastos médicos, yo me encargaré de esol “¡Ay!” La anciana suspiro profundamente, sus ojos se humedecieron, “Violeta, soy una carga para tit

“No, sin ti, nunca podria haber crecido sana y fuerte!” Violeta apretó fuertemente la mano de la anciana, negando con la cabeza sin parar.

Cuando Francisco la echó de su casa, se sentó en la acera como un perro abandonado. Todavia recordaba la figura tambaleante de su abuela viniendo a buscarla con un bastón, llorando. Si no fuera por su abuela, ya habria muerto de hambre en la calle.

“Abuelita, no hablemos de eso!” Violeta no queria entristecer más a la anciana. “Solo concéntrate en tu tratamiento, yo me ocuparé de todo! Hoy estaré aqui contigo un rato, me iré más tarde.”

La abuelita entendió su preocupación y asintió con una sonrisa.

Pasaron más de dos horas juntas, luego Violeta se levantó para llenar la jarra de agua, preocupada de que su abuela se deshidratara.

En su camino de regreso, vio al doctor principal, el Dr. Mendoza, de pie en la puerta. Su rostro era inusualmente serio

Se le revolvió el estómago.

Aceleró el paso y miró a través de la ventana de la sala de hospital. Vio a su abuela descansando tranquilamente en la cama y se calmó un poco. “Dr. Mendoza, ¿viene a hablar conmigo sobre la segunda cirugía de mi abuela?”

“No exactamente.”

“¿Eh?” Violeta se sorprendió.

El Dr. Mendoza titubeó antes de decir, “Señorita, no podemos realizar otra cirugía en su abuela.”

“¿Por qué, es por dinero?” Violeta se sorprendió con la declaración repentina y rápidamente respondió, “No te preocupes, encontraré la manera de cubrir los gastos de la cirugia…”

El Dr. Mendoza negó con la cabeza y no respondió a eso, sino que lanzó otra bomba. “Además, tienes doce horas para darle de alta.”

Violeta quedó completamente

el golpe de un

directa del hospital.” dijo el Dr. Mendoza con una expresión

de Rosa dispuesto a admitir a tu abuela. Señorita,

parecian

levantó la cabeza de golpe, sus pupilas se

sentirse completamente incrédula pasó a pensar más

recordó esa voz que resonó en su oido: Algún

Violeta entendió lo que significaban

en la sala

abuela seria desalojada del hospital en

no se

de hospital, Violeta sintió un escalofrio recorrer su espalda,

su abuela y continuaron hablando. Cuando el sol se puso, se levantó y dijo que tenia

la sala de hospital. En su lugar, entró en

sentó en los escalones,

éste para sonreir forzadamente, y no tendrás que humillarte ante tu madrastra para conseguir dinero.”

puedes pedirme

lo concederé todo!”

sigue en pie, siempre y cuando aceptes mi propuesta”

es la

esa voz sequía sonando en su

firmeza del médico de guardia

Francisco y, aunque pudiera, no podía garantizar al cien por cien

llamó, el teléfono mostraba que estaba apagado, recordándole demasiado tarde que se habia despedido de ella para ir a

el

de la luna se filtraba débilmente a través de la ventana, y Violeta apoyaba

un estruendo, y las

despertarse, pero su última linea de defensa se desmoronó

salió paso a paso del pasillo de seguridad, se encontró de nuevo con el médico

del Dr. Mendoza le recordó oportunamente: “Señorita, no estoy bromeando. Si no se va en doce horas, tendremos que

amenaza del hospital hacia ella, claramente era

lo haré “Violeta

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