Capítulo 43

Violeta solo sintió que estaba presionada en la esquina del sofá, con una sensación de frescura debajo de su clavicula.

La camisa que habla desabrochado con tanto esfuerzo, en un abrir y cerrar de ojos, fue fácilmente arrancada por él, solo quedando el sonido suave de la tela cayendo sobre la alfombra.

Bajo la brillante lámpara de cristal del salón, los ojos profundos y oscuros de Rafael parecian encenderse.

“Tu…

Violeta abrió la boca, queriendo decir algo, pero sin saber qué.

Rafael no le dio más oportunidades, su delgado labio se posó directamente sobre ella

La besó sin prisa, pero sin calma.

Las rápidas acciones y la fuerte dominancia de Rafael, demostraban su autoridad oculta en el silencio.

Violeta no se atrevió a rechazarlo desde el principio, temiendo que incluso el movimiento más minimo pudiera molestarle.

Desde el momento en que lo encontró en el hotel, se dijo a si misma que tenía que ser 100% sumisa.

Pero al final, no pudo evitar agarrarse a sus hombros. “Me duele mucho…”

Rafael la miró con el ceño fruncido, su delicado y suave esqueleto parecía colgar en la palma de su mano como una pluma.

Su cabello recogido ya estaba desordenado, pegado a su rostro sonrojado, su aspecto timido y reacio a mirarlo estimulaba aún más la ebullición

de la sangre, el deseo contenido durante mucho tiempo necesitaba ser liberado como una inundación, deseaba tratarla aún más duro. “Aguanta!” Rafael gruño.

Violeta tembló, sollozando con precaución, “Tengo mucho miedo.”

Rafael de repente recordó una mancha roja que había dejado en las sabanas.

Ella todavia no tenía casi ninguna experiencia…

Pensando así, la garganta de Rafael se movió, indicando su resistencia y simpatia.

Sus ojos llenos de deseo aún estaban frios, pero había una gentileza dificil de detectar asi como sus acciones.

Violeta no pudo recordar cómo la llevó a la habitación de arriba después de que terminó.

cama

los hombres, después de terminar,

caer en un sueño profundo, cuando vio que acababa de apagar el cigarro en el cenicero, luego levantó

decir que no, pero fue

dia siguiente, Violeta abrió los ojos.

eran fragmentados, cada imagen de la noche anterior

detuvo, la

no era extraña para ella, todavia se sonrojó

dejando marcas

tenia en la mano hacia ella,

emitió un sonido apagado desde debajo

que él todavía estaba sentado

mirada, mirándola de reojo, “¿Quieres ducharte conmigo?” “No… ino!” Violeta negó

desnudez, temiendo que él la arrastrara al baño en el próximo instante

el labio, solo pudo agarrar las esquinas de la sábana con ambas manos, tratando de envolverla alrededor de su cuerpo, asegurándose de que no habría posibilidad

resoplando por la

de su cuerpo no habia

cubrirse su cuerpo? ¡Qué innecesario era eso!

por un lobo, asi como cerró la puerta del baño

estaba a punto de retirar la vista, la puerta del baño se abrió de

las mejillas sonrojadas, camino apresuradamente hacia él, avergonzada, “Olvidé

que él había traído la noche anterior y la abrazó en su pecho, su cabeza estaba prácticamente escondida en su pecho, y se metió

de la puerta de vidrio esmerilado, se escuchó la risa

Jajaja…

aferró a los azulejos de la

salió de la ducha, se aseguró de limpiar el baño a fondo, cada cosa estaba devuelta a su

quedaba ella en la habitación, Violeta echó un vistazo a los rollos de papel higiénico en el suelo

y vio a Rafael sentado

ropa, como estaba en casa, solo llevaba una limpia camisa blanca y unos pantalones negros de lineas suaves. Por la forma en que sus largas piernas se cruzaban, se podia ver un poco de sus calcetines negros en la parte inferior

puntillas y comenzó a hablarle con

su periódico y al mismo tiempo bajo la taza

“Lo del hospital…

“Ya los llamé.”

corazón de Violeta, que habia estado apretado todo el tiempo,

sus labios, apretó su fria mano, “Dijiste que… siempre que yo estuviera de acuerdo, todas las promesas que me hiciste son válidas.”

“Si.” Rafael asintió.

darme doscientos

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