Capítulo 50

Violeta estaba aún más sorprendida.

Se arremangó, preparándose para lavarse las manos, “Solo espera un momento, ¡Te lo voy a preparar!”

Rafael la echó un vistazo, metiendo sus manos en los bolsillos y con un andar arrogante, se sentó en una silla del comedor.

Cuando la llamó, le había dicho que regresara temprano. No habla asistido a la cena después de la reunión de la tarde, y durante su regreso, habia parado el auto para que Raúl fuera al supermercado.

Habia llegado a casa justo a tiempo, pero para su sorpresa, la casa estaba silenciosa, ella aún no había llegado.

Esperó y esperó, pero no podia llamarla por teléfono, y al final, incluso apagó su celular.

Rafael estaba enfurecido, tiró todo en la basura, pero después de un momento, lo sacó de nuevo.

No entendia por qué, era solo unos huevos fritos con tocino, pero de alguna manera, no podía dejar de pensar en ello.

Violeta, que estaba inclinada sobre la estufa, entró en su vista. Rafael, acariciándose la barba con el pulgar y el indice, tenía una sensación extraña en su corazón.

Violeta sintió una presión invisible y aceleró sus movimientos.

El sonido del tocino friéndose se oia en toda la casa, mientras que ella cortaba las cebollas en rodajas finas, sintiendo vagamente una respiración detrás de ella.

Antes de que pudiera darse la vuelta, fue abrazada por detrás.

El extractor de humo estaba encendido, y Violeta no habia oido ningún paso.

El tenedor se le cayó al suelo, y ella se agachó a recogerlo apresuradamente, “No te preocupes, pronto voy a terminar!”

“No puedo esperar más.” Rafael le susurró al oido.

“Ya casi…” Violeta giró la cabeza, pero no se alejó

El tenedor en su mano casi volvió a caerse al suelo, y sus manos fueron tomadas por él.

Violeta entró en pánico, y en un instante, su cabeza fue girada hacia atrás.

No estaba segura de cómo su boca se habia abierto, pero su boca estaba llena de su lengua y saliva.

Rafael siempre fue dominante en sus besos, y cada vez, ella se sentía como si estuviera flotando en las nubes, incapaz de resistirse.

Afortunadamente, el zumbido del extractor la recordó, “Sr Castillo, por favor, no haga eso, el tocino se va a quemar…

quiero

la levantó en el mostrador de mármol.

cuerpo la oprimió, “Te

Violeta

humor tan

yo también tengo hambre…”

te voy a

cómo sacaba un paquete de papel de aluminio y lo empezó a abrir con los

día en

Violeta fue

sala, no vio a su

cama, y al principio pensó que se habia equivocado, pero la anciana con enfermedad pulmonar de la

pasillo, pero no vio a su abuela por ninguna parte

está

en la sala? Las enfermeras no saben nada. Pagué todas las cuentas médicas pendientes y también pagué la

se levantó para tranquilizarla. “Nadie en el hospital ha

es imposible Violeta frunció el ceño, evidentemente

a su

mes

llevaré alli ahora

de lujo en el ascensor, Violeta

grande, con solo una cama en el interior, y su abuela efectivamente estaba acostada all. No sabia si era

Violeta parpaded.

a la pequeña sala de estar en la entrada, al baño independiente, al televisor colgado en la pared. No se parecia en nada a una sala

estaba un poco aturdida, “¿Qué

todo arreglado por el Sr. Castillo.”

¿El Señor Castillo?

corazón de Violeta dio

Castillo?” Quería

diferente a la anterior, “El Sr. Castillo ha cubierto todos los costos de

pero el corazón de Violeta no

cuando encontró el número de Rafael,

vez que ella lo

dar timbre, sonó varias

“Dime!”

cuenta de que estaba distraida y se sintió incómoda, “Uh, soy

Al ver que ella no hablaba, se mostró un poco impaciente. “¿Quieres algo? Si no, cuelga”. “No!” Violeta se apresuró a

el centro de convenciones, hay un

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