Capítulo 51

“¿A esta chica la trajeron también? ¡Adelante!”

Parecia que Antonio recién la veia, y levantó una ceja en señal de reconocimiento

Violeta lo saludó con timidez, pero fue arrastrada por Rafael que estaba a su lado, “No sé cómo…”

Llegaron a la zona de tiro, donde Rafael apagó el cigarro que tenía en mano.

“Te voy a mostrar cómo se hace, presta atención.”

Rafael se puso los auriculares, tomó un arma, cargó el arma, y realizó una serie de movimientos con gran fluidez.

“Pum…”

El empleado levantó un cartel, habla acertado en el centro del blanco.

Violeta lo miro levantar la mano, el arma giraba entre sus dedos, su trayectoria era muy fluida, su nariz era prominente bajo sus gafas de sol amarillas, sus cejas estaban duras debido a la concentración.

Realmente era muy atractivo…

En su mente aparece la imagen de otro hombre que también estaba manipulando un arma.

Las imágenes de ese hombre en sus recuerdos y el hombre frente a ella se superpusieron, Violeta miró a lo lejos, murmurando inconscientemente: “¿Por qué a ustedes los hombres les gusta tanto el tiro?”

Rafael le puso los auriculares y seleccionó un arma más ligera para ella.

Violeta la tomo, pero seguia siendo demasiado pesada para ella.

“Separa las piernas, colócalas a la misma anchura de tus hombros.”

“Tu brazo izquierdo debe estar pegado al pecho, no debes mover la cabeza, y tu mejilla debe estar apoyada en la culata del arma.”

Violeta siguió sus instrucciones paso a paso.

Como nunca ha manejado un arma antes, tenia dificultades, y tardó mucho tiempo en adoptar la postura correcta.

De repente, sintió una respiración caliente cerca de su oreja.

Su espalda se recostó en un pecho firme, sin necesidad de mirarlo, Violeta sabía quién era. Aunque contenía la respiración, podia oler el leve aroma del tabaco y sentir el latido constante y fuerte de su corazón.

alto que ella, asi que su

no era muy sugerente, pero era muy

no podia controlar el ritmo de su

por detrás y la ayudó a ajustar su postura, “Concentrate un poco más, no tenses

hablaba muy cerca para que ella pudiera escucharle. Su aliento rozaba la

tener otro

sus labios secos, se sentia abrumada.

inmediato, luego dijo, “Todos

se quedó sin palabras.

él,

“Si no aprendes conmigo, te haré tirar al blanco mientras estés

Violeta se secó

cierto progreso, Rafael

“Pum…”

sonido retumbó en el campo

sintió

Había fallado…

habla impactado en el centro rojo del

frotó su mano enturecida por el retroceso del arma, y le

mucho

la instó a continuar, “Puedes imaginar

¿Alguien que odiaba?

echó un vistazo.

“Pum!”

gatillo otra

sorprendida y se giró para ver que él la está mirando con los ojos entrecerrados. “¿Qué pasa?”

cuando disparaste, ¿verdad?” Rafael le preguntó con una mirada

respondió, luego tragó saliva nerviosamente.

y les grito, “Acabo de recibir una llamada de casa, tengo que volver. ¿Qué van a hacer ustedes? ¿Nos vamos todos juntos o van a

que

mano enrojecida, “Nos

salir del club, apenas

en rojo y se detuvieron, Rafael de repente preguntó: “¿Quién es ese

“¿Qué?” Violeta parpaded.

el club, a que otro hombre le gusta el tiro además de mi? Rafael, con la

verdad, así que inventó una respuesta,

cambió de tema, “¿Ya

con

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