Capítulo 53

Por primera vez, Rafael se sintió desconcertado.

Ella era de carácter fuerte, la primera vez que se encontraron, había recibido un golpe que hinchó la mitad de su rostro, pero no había derramado ni una lágrima.

Rafael había visto las lágrimas de las mujeres antes, pero ver a Violeta con los ojos rojos le produjo una irritación en el pecho que no podia

ignorar.

Nunca antes habia consolado a nadie, ni sabía cómo hacerlo.

“Violeta, ¿te atreves a seguir llorando?”

Sus labios se movieron por un rato, pero lo que salió fue una amenaza.

Violeta se mordió el labio, conteniendo sus lágrimas

Incluso si llorara, no queria hacerlo delante de él.

Rafael se sintió frustrado, pero no pudo mostrarlo en su rostro. Solo pudo apretar su puño y preguntar, “¿Te falta algo más además de esa navaja vieja?”

Violeta bajo la cabeza de nuevo, sin responderle.

“¿Debemos llamar a la policia?”, Rafael le preguntó con paciencia.

“No hace falta…”, finalmente, Violeta habló, sin levantar la vista.

Recogio su bolso del suelo, lo limpió del polvo, metió los pañuelos y las llaves, luego colocó la navaja rota con cuidado en su bolso, como si fuera un tesoro, lo colgó al hombro y se dirigió hacia donde estaba aparcado su Range Rover.

Rafael la miró, sintiéndose ignorado.

En el camino de regreso, Violeta no dijo una palabra, parecia enferma, encogida en el asiento del copiloto.

Sus ojos parecian cerrados como si estuviera durmiendo, pero sus manos estaban firmemente sujetando su bolso.

Rafael la miró varias veces, pero ella parecia no querer hablar con él. El silencio en el coche era agobiante, así que decidió encender la radio. Cuando llegaron a casa, Violeta se puso a cocinar habitualmente como siempre.

Parecía preocupada, como una planta doblada bajo un gran peso.

baja,

ansiosamente esta cena, pero ahora la encontraba

después de que él se había comido dos platos, y ella apenas habia tocado la mitad

con una toalla alrededor de su cintura y su torso desnudo. La luz se derramaba sobre sus músculos

se envolvió el cabello con una toalla e intentó pasar por su lado para llegar

la cabeza. Su cabello cayó en cascada,

le preguntó,

frunció el ceño

un poco!”, se burló

los

ver que ella seguía sin responder, Rafael pellizcó su cara hasta que ella gruñó de dolor. Solo entonces la soltó y dijo,

lo hice…”, Violeta se tocó la cara, que le

tan

volcándola y besándola con urgencia.

se desplazaron hacia abajo, ella finalmente pudo hablar, “Esta noche… ¿Podemos

agradecerías en la

sobre ella, con su

con un tono de súplica en su voz: “¿Podemos hacerlo

noche, simplemente no quería tener

que te enseñé a disparar en el campo

papel de

cara profundamente

siguiente al mediodia, Violeta estaba en la sala de descanso almorzando cuando recibió

*¿Si

“Baja.”

orden, Violeta estaba demasiado

no se movia, Rafael añadió. “Estoy

quieres? Violeta estaba un poco confundida.

conmigo,” Rafaelle repitio.

miró su bandeja de comida recién

baja. Si no te

* Rafael colgó

la salida con una mirada nerviosa ante la

edificio, jadeando, y vio el Range Rover

tiempo en charlas, pisó el acelerador tan pronto como

no se atrevió a protestar y siguió obedientemente

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