Capítulo 54

El gerente del restaurante, apurado, asintió y recibió la navaja con ambas manos.

La llevaron a un compartimento separado, donde un maestro artesano, con guantes, se preparaba para trabajar en ella.

Ya sea en foto o en persona, la navaja no tenía ninguna diferencia con la que Violeta había tenido antes.

Sin embargo, al ver al artesano con el mango de navaja nuevo en sus manos, no podía evitar sentir cierta resistencia

Especialmente cuando el recuerdo del rostro sonriente de aquel hombre al regalarle la navaja cruzó su mente….

Violeta se acercó y dijo, “Olvidalo, ya no hace falta”.

“¿Ya no te hace falta?” Rafael se levantó del sofá, frunciendo el ceño y gruñendo, “Ayer estabas adorando esa navaja como si fuera tu vida, solo faltaba que te pusieras un traje de luto para despedirte de ella”.

Violeta se sintió avergonzada por su comentario.

El gerente, creyendo que ella estaba preocupada, intervino con una sonrisa, “Señorita, nuestros artesanos son de primera clase. Después de reemplazar el mango, podemos garantizar que será idéntico al que tenía”.

Esa era precisamente la razón por la que no quería hacerlo.

Incluso si parecia exactamente igual, no sería el mismo.

Violeta recuperó su navaja, insistiendo, “Realmente no hacía falta, gracias.”

“Entonces compra una nueva, esta tienda también tiene navajas suizas, jelige una!” Rafaelle agarró la mano y la llevó hacia el mostrador de

navajas.

Violeta, arrastrada frente al mostrador, ni siquiera miró las navajas que estaban en venta.

Sacudió la cabeza suavemente, soltó su mano y simplemente envolvió la navaja y la metió en su bolso.

“¿De todas estas, no hay ninguna que te guste?”

Violeta mordió su labio, su voz suave pero firme, “Esa navaja era única.”

Única.

Rafael masticó esa frase en su corazón, su rostro habitualmente frio no revelaba mucho, pero su mandibula se endureció poco a poco.

su bolso, miró al gerente y a Rafael con una disculpa en sus ojos. “Voy a llegar tarde, debemos irnos!”

tienda, ella lo siguió como un cachorro.

llegar a la puerta de su Range Rover, en lugar de abrirla, se quedó parado alli mirándola, “¿Quién te dio esa

se quedó sin

una pregunta. Rafael le hablo

las lineas de sus ojos y cejas

ojos.

cambio de opinión antes de que las palabras le salieran de la boca,

ver contigo…”

la puerta del

de que ella pudiera abrir la puerta, el Range Rover

luces traseras parpadearon y todo lo que quedó fue el humo del escape del vehiculo que se alejaba. No podia creer que la hubieran dejado

tenía

tomar el autobús, tendría que tomar un

“¿Violeta?”

ceño al reconocer la voz.

marcas de diseñador. Estela también frunció

siento si te decepcioné.

supone que te detendrían por quince dias!” Estela estaba furiosa.

que Dios está de mi lado. Violeta

Estela, su humor se estropeaba.

su camino, miró en la dirección en la que la camioneta de Rafael se habia ido, y le preguntó acusadoramente, “Violeta, ¿era Rafael

provocar a Estela, asi que respondió

momento, un taxi se detuvo, y ella entró y le pidió al chofer

¿Estaba equivocada?

tiempo que no habia

hambre por el que sentia tal obsesión estaba

la llamó

de vez en cuando revisaba su teléfono para no perder ninguna llamada y provocar su

imagen de Rafael con el ceño fruncido

agito la cabeza con fuerza. ¿Desde cuando había llegado a

teléfono vibro de repente. Lo sacó con

una reunión, ven temprano para

palabra antes de

decidió estar con él, su papel era servirle, incluso

con este calor

la mano

la noche, ya estaba

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