Capítulo 55

“¡Qué estás hablando!”

Eso fue lo que Rafael gruñó.

El rostro de Violeta se tornó incómodo, como si estuviera a punto de estallar. “Es eso que les sucede a todas las mujeres cada mes…”

Rafael se quedó mudo.

Después de un rato, levantó la cabeza que estaba enterrada en el cuello de Violeta.

Bajo su intensa mirada, Violeta se sintió incómoda.

Abrió la boca y en un instante, su cuerpo se tensó aún más. El cordón de su pantalón de pijama fue desatado.

“¡Es verdad!” Rafael frunció el ceño.

Violeta estaba a punto de explotar de vergüenza. ¡Deseaba poder desaparecer en una nube de humo!

¡El se atrevió a comprobarlo con sus propios ojos!

Rafael, con cierta resistencia, retiró su mano. Con una mirada severa, la acusó: “¿Lo hiciste a propósito? ¿Por qué no me lo dijiste por teléfono?”

“No lo sabia”, respondió Violeta, con una mirada avergonzada. Bajó la mirada, su voz sonaba inocente: “Acaba de llegarme hace una hora…”

No esperaba que su periodo llegara tres días antes.

Cuando estaba acostada en la cama mirando su teléfono mientras esperaba a Rafael, se dio cuenta de que algo andaba mal. Fue al baño y confirmó sus sospechas.

Afortunadamente, ella tenia la costumbre de llevar siempre una toalla sanitaria en su bolso, por si acaso

De lo contrario, no se habría atrevido a llamarlo…

El peso sobre su cuerpo se alivió.

La luz se encendió, obligando a Violeta a cerrar los ojos.

A través de sus párpados entrecerrados, vio a Rafael en ropa interior, entrar al baño. Poco después, el sonido del agua corriendo rompió el silencio de la casa.

Cuando Rafael volvió a la cama, trajo consigo un aura de frescor,

Violeta se movió hacia un lado. Sabia que no pasaria nada esa noche, asi que se dio la vuelta.

Estaba a punto de cerrar los ojos cuando de repente fue atraída hacia él

“¿Qué…?”

Violeta comenzó a hablar, pero fue silenciada por los labios de Rafael.

fue suave pero urgente, como una lluvia fina. Tuvo que

qué sigues provocándome?”

me pica

sintió injustamente acusada. Sólo se habia

su falta de

ella. Su respiración era irregular y tuvo que cerrar los ojos

quedó inmóvil, temiendo provocarlo

que me vaya a casa?”, le ofreció, después de un momento de reflexión.

los fantasmas

de Violeta impregnaba el

su lado se movió y pudo oir el sonido

y funció el ceño con

a dormir a la habitación

la oscuridad, Violeta lo miró sin saber

su brazo y la

la espalda y dijo, “Quédate quieta a mi lado

la respiración de Rafael se

había pasado cuando fue

“Despierta!”

“¡Me siento incómodo!”

para hacerme sentir mejor…”

“Ummm…”

en paz en toda la noche.

despertó a la

mandó a la cocina a preparar el desayuno.

comida, diciendo que los huevos estaban demasiado duros

para irse. Era sábado y tenía

un traje elegante, bajó las escaleras y le dijo

vez en el coche,

fumar. A través del

que si

tan impredecible, nunca sabias cuando ibas

hablar, se sentaba correctamente con las piernas juntas, las manos en su regazo, y su

se detuvo por un momento y Rafael le preguntó: “¿Cuánto

por un momento antes de entender à que se

y a Raúl, sentado en el asiento del copiloto, mirando su teléfono. Se

seis o

Rafael frunció el ceño.

notó su tono de voz sombrio y con una expresión apenada

el ceño aún más.

Violeta: “..

dio una profunda calada a su cigarrillo y luego lo apagó.

Castillo”, respondió

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