Capítulo 56

Violeta levantó su pierna, indecisa sobre si debia ir a saludarlos o no

Especialmente cuando Rafael la vio, su mirada solo la rozó, con una tensión oculta en su rostro.

Mientras tanto, Estela continuaba revoloteando alrededor de Rafael como una mariposa, riendo coquetamente mientras lo quiaba hacia la casa. Sin embargo, tampoco la ignoro. “Hermana, ¿no vas a entrar? ¡Papá te está esperandol

Violeta, con escalofrios, decidió seguirlos

Rafael, ya llegaste!”

Apenas entraron, Francisco e Isabel salieron a recibirlos.

Violeta quedó atrás, siendo la más ignorada por ellos..

La sirvienta Luisa le hizo una señal a Isabel, quien siempre tenía una forma de hablar gentil frente a Francisco. “La última vez dejaste a tu padre muy molesto, esta vez no puedes hacerle pasar un mal rato. Además, jagradécele a Estela que insistió durante días para que te invitaran a casa!” Violeta frunció el ceño, sin entender qué estaba tramando Estela.

Miró a Francisco y le preguntó directamente. “Papá, ¿por qué me llamaste?”

“Primero entremos y luego hablaremos!” le respondió Francisco.

Dicho esto, todos se dirigieron hacia el interior de la casa, y Violeta no tuvo más opción que seguirlos.

Entraron al comedor, donde una larga mesa estaba adornada con platos exquisitos, evidentemente para agasajar a un invitado importante. Francisco ya estaba invitando a Rafael a sentarse, y los sirvientes detrás de ellos, respetuosamente, les ayudaban con las sillas.

“Hermana, tú también deberias sentarte!”

Estela se giro y la agarró del brazo

La arrastró hasta la mesa y soltó su brazo, lanzándole una mirada a Luisa.

Violeta se sentó a regañadientes, pero antes de que su trasero tocara la silla, Luisa le se retiró repentinamente.

“Bang!”

Se cayó al suelo con un golpe.

El dolor que emanaba de su trasero hizo que Violeta frunciera el ceño, pero se aguantó y no grito.

Estela y su madre riéndose a carcajadas

casual pero digna. Sú mirada también estaba fija

mostró ninguna emoción. Sus ojos, profundos y fríos, no contenían ninguna calidez. Era completamente indiferente, como un

como si estuviera bebiendo un licor de

¿Qué estaba esperando?

siempre

la oportunidad de hacerse

se levantó con

también se rela a sus espaldas, de repente

invitado de honor de la casa era como la nieve más fría en la

bajó la cabeza en señal de disculpa. “Lo siento, señor! No tuve

lo hizo a

los sirvientes. Estoy segura de que mi hermana no hará un escándalo

con todos,” Isabel

con un gesto de la mano, y

todos somos familia. ¿Aún no has pagado las facturas médicas de

una tarjeta bancaria de su bolsillo, enfatizando: “Deposité exactamente veinte mil pesos! ¡Usa el dinero con prudencia!”

ser la primera vez que Francisco le daba dinero

había tenido que rogar y recibir golpes e insultos para obtenerlo, pero ahora sentia que era una limosna por parte de su

padre

extendió la mano y tocó la tarjeta

repente, sintió un fuerte dolor en el ple

su rostro, parecia estar completamente interesado en el plato y

deslizó la tarjeta de crédito de vuelta hacia él, “No

él no lo hubiera hecho, ella no tenia la intención de tomarlo. Al

iba a recibir un centavo más de tu

sintió ofendido y miró a su hija mayor con furia. “No seas tan

tomaré la tarjeta”,

“Cálmate! No olvides

lamento que hayas tenido que ver esto”, Francisco se disculpó, recuperando su

problema”, respondió Rafael con

a comer!”

“Rafael, prueba esto!”

junto a Rafael, casi

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