Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capítulo 61

“¿Qué?”

Violeta se quedó atónita.

Allevantar la vista, no vio ninguna expresión rara en la cara de Rafael, no parecia que le estuviera mintiendo..

No esperaba que él rechazara tan rotundamente esa propuesta de casamiento, dejándola sin palabras.

Ese dia, Rafaely Francisco habian subido al estudio, y además de hablar de negocios, Francisco habla mencionado indirectamente que su hija menor ya teria edad para casarse y que le gustaba Rafael. Si el estuviera dispuesto, podrían concretar un matrimonio

Sin embargo, Rafael no lo había considerado y rechazó su propuesta.

Al verla con la cabeza gacha, Rafael preguntó, “¿En qué estabas pensando?”

Violeta dudo un momento y luego murmuró, “Antes no le dijiste a Estela sobre nuestra relación, ¿tal vez tú y ella…?”

Cuando estaban los tres dentro de la oficina, Rafael no había dicho nada, solo habla pronunciado una frase.

Al pensar en su situación en aquel momento, se sintió incómoda.

“Tal vez qué?!” Rafael la interrumpió frunciendo el ceño y la miró extrañado, “Fue tú quien dijo que no le contáramos a Estela sobre nuestra

relación!

“Ah…. si, es verdad.”

Violeta parpadeo, recordando que le habla dicho algo asi.

La opresión que había sentido en su corazón durante los últimos dias desapareció.

Rafael ya habia sacado un paquete de cigarrillos de su bolsillo, se puso uno en la boca y protegió la llama azul del encendedor con su mano

derecha.

Tomó una calada y el humo se dispersó lentamente.

Violeta lo observó fumando por un rato, luego preguntó cautelosamente, En serio no te gusta Estela?”

“¿Vas a seguir hablando de ella?” Rafael entrecerró los ojos.

Violeta cerro la boca obedientemente, pero una pequeña alegria brotó en su corazón.

Rafael sostenia el cigarrillo entre dos dedos, fumaba muy lentamente y siempre soplaba el humo en su cara, hasta que ella empezó a tener la mirada un poco perdida, “¿Ya se te pasó eso?”

asintió tímidamente,

una semana desde entonces, todo estaba

ahora.” Rafael puso su

Violeta

expulsó otro anillo de humo de su boca, “Volver a

sonrojó hasta las

rato, Rafael no

y una voz femenina dijo con respeto: “Sr. Castillo, su vuelo a Nueva York es a las nueve y

lo sé. Rafael colgó.

Violeta

“Si.” Rafael asintió.

Violeta preguntó, atónita.

dio cuenta de lo tonta que era su pregunta después de que ya

qué me llamaste…?”

“¿Qué crees?”

tartamudeó, “Pero… ¿no tienes que

regreso. Todo esto me llevará al menos una semana, quizás diez dias.” Rafael la miró, sus ojos profundos, “Temo que

un calor en

referia a su cuerpo, no pudo controlar el latido acelerado de su corazón, como si fuera a saltar por su garganta en

“Toc, toc, too!”

encogió, intentando

la dejó, la

puerta de la oficina se abrió y entró

detrás de Raul, temiendo

preguntó de inmediato: “Ya compraste

ya lo compré Raúl asintió

una pequeña caja de

avergonzada que deseó poder golpear su cabeza contra el

pedido a Raúl que comprara….

sal”

de nuevo. Esta vez, cuando se volvió para salir, no miró

ojos, desapareció de la oficina y la puerta se cerró completamente.

cigarrillo que tenía en la mano. Sus oscuros y misteriosos ojos brillaban mientras la mano que sostenia el cigarrillo desabrochaba con destreza

se esperaba, la

rápido y apasionado.

tiempo, Violeta se sintió débil, como si no tuviera huesos.

se cayeron al

preguntar temblorosamente: “Realmente…

finalmente entendió por qué la había

inclino para besarla, “Aunque no puedo tomarme todo el tiempo que quisiera, te prometo que será placentero…”