Capítulo 62

Aunque él no estaba en Costa de Rosa, su dominante presencia aún se sentia.

Suspiró silenciosamente, despidió a la pareja a la que había unido en esa cita a ciegas y cruzó la calle para regresar al hospital.

Pero en todo ese camino, su mente estaba llena de zumbidos, repitiendo constantemente “Sr. Castillo”. La situación no mejoró hasta que salió del ascensor y se tropezó con un soporte de suero de un paciente que pasaba.

Apenas habia entrado a la sala de hospital cuando su teléfono volvió a sonar.

Violeta ya tenia una corazonada de quién sería antes de sacarlo.

Con su rodilla todavia dolorida, contestó la llamada, pero deliberadamente no dijo nada.

“¿Qué, no estás de buen humor?”

Rafael, al otro lado, parecia bastante perezoso y de buen humor

Al ver que ella no respondia, sorprendentemente no se enfadó, sino que continuó a su ritmo, “¿Cómo estuvo el café?”

“No me fue tan bien. Violeta se enfureció al escuchar esto y dijo deliberadamente: “Me echaron antes de poder tomarme mi taza. Parece que alguien tan rico que el dinero le queme la mano decidió reservar todo el lugar…”

“¿No te divertiste en tu cita con ese Héctor?”

“No fue una cita…”

Violeta no tuvo más remedio que explicarle. “Y además, Héctor no es mi perrito faldero. Hoy no estábamos solos, también estaba mi amiga, estaba tratando de emparejarlos”.

“Pareces una vieja quejumbrosa!” Rafael resoplo.

Sin palabras, Violeta se frotò la rodilla, “Solo me cai por accidente”.

“Torpe!” Rafael la reprendió, pero inmediatamente le preguntó, “¿Dónde te lastimaste?”

“En ninguna parte.” Violeta negó con la cabeza.

No sabia si era su imaginación, pero a pesar de la distancia, pudo percibir una pizca de preocupación en sus palabras.

Mientras aún estaba procesando esto, escuchó que él decia, “Vuelvo pasado mañana”.

“¿Eh?” Violeta se sorprendió, “¿No dijiste que te ibas por más de una semana?”

Hubo una larga pausa antes de que Rafael respondiera, al parecer estaba fumando, “El viaje a Belunania se canceló de último minuto, así que voy a volver directamente. Llego en el vuelo de la noche después de mañana. Quiero verte cuando llegue a casa”.

Violeta

de calentarme la cama para cuando

asintió

la cama que ella

no cuelgas?”

de un largo silencio, Rafael

titubed y dijo. “Dijiste que

chica!” Rafael se

un cosquilleo en

parecido a los susurros

colgar, Violeta suspiró y, sin pensarlo, se tocó

el periódico en la

vagamente, sintiéndose culpable.

se ven los jóvenes enamoradost Me hace recordar cuando yo

burles

cabeza avergonzada, sintiendo que su cara se

un momento, casi pensó que era real.

le preguntó, “Violeta, ¿todavía

es Castillo…”

le respondió casi

de lo que acababa de decir, pero ya era demasiado

abuela le preguntó de nuevo, ¿Cuál

un nombre falso en el momento, así que simplemente le dijo

la anciana pasaba todo el dia en el hospital y estaba bastante aislada, así que no sabria

para sorpresa de Violeta, al escuchar esto, la cara de su

rato, volteó el periódico y le preguntó, “¿Es el hombre mencionado aquí?”

Violeta murmuro,

coincidencia tan

la mitad del espacio para informar sobre las noticias financieras.

foto, el hombre vestia un traje hecho a mano, incluso sentado en el sofá no podia ocultar su estatura imponente. Exudaba el aire de un hombre de éxito, sin un rastro de impaciencia. La frialdad y arrogancia se desprendian de sus ojos, ¿quién más podria

recibir su confirmación, no supo si alegrarse o preocuparse.

y cerrar de

Bentley entró en la urbanización de lujo, ya pasaba de la

maleta, cansado después de un largo viaje. Cuando giró la llave en la puerta, una luz cálida inundó el pasillo. Se quedó parado un momento, recordando

Rafael tragó saliva.

estos años, cada vez que llegaba a casa por la noche y abria la puerta, sólo era recibido por la oscuridad y una vida fria y

su vida, que había sido como un estanque estancado,

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