Capítulo 65

Violeta regresó a la habitación del hospital y su abuela la preguntó al verla

La dura silueta de Rafael se iba aún flotaba en su mente, y Violeta le mintió: “Oh, él tenia asuntos pendientes en la empresa…”

“Ah…” su abuela asintió comprensiva. “Ya es tarde y Rafael sigue trabajando duro! Es tan considerado venir a visitarme en medio de todo su ajetreo.”

“Mmm…”

*Al principio estaba preocupada, pero resulta que Rafael no es pretencioso en absoluto…”

Después de eso, su abuela siguió hablando, pero Violeta no dijo nada más.

No se atrevia a mirar a la anciana, su mirada caía timida mientras se sentaba frente a la cama del hospital, con un sabor amargo en su corazón.

No fue hasta pasadas las nueve de la noche que Violeta salió del hospital, planeando tomar el último autobús a casa.

Apenas bajaba las escaleras cuando un ruido de bocina la asustó

Violeta se sobresaltó y vio ese Range Rover blanco que tan familiar le era.

En la tenue luz, los rasgos fuertes de Rafael parecian aún más profundos, sostenia un cigarrillo encendido, su luz rojiza estaba parpadeando.

Violeta estaba sorprendida.

No esperaba que todavia estuviera alli, después de todo, su conversación anterior no había sido muy agradable.

Ella no tuvo el coraje de ignorarlo o simplemente pasar, aunque no quería irse con él esa noche, aun así, silenciosamente abrió la puerta del coche, el interior estaba lleno de humo, no sabía cuantos cigarrillos se había fumado.

Apenas se puso el cinturón de seguridad, el Range Rover salió disparado como una flecha.

Durante todo el trayecto no se dijeron ni una palabra, Violeta resistió la tentación de abrir la ventana, pero finalmente no pudo evitarlo, bajó la ventana un poco, el viento nocturno entró y disipó el humo, apenas podia respirar..

“Ciérrala!”

Violeta se asustó y obedeció de inmediato.

Al mismo tiempo que cerraba la ventana, el Range Rover se detuvo

No volvieron a casa, sino a un restaurante asiático abierto las 24 horas. Violeta se volteo sorprendida, “Vamos a cenar aquí?”

Rafael

Violeta

ella pensó que no se iban a ver más, así que cenó con su abuela en el

frunció los labios, sacó la llave del coche y dijo, “Entonces

remedio que seguirlo al

no había mucha gente, la comida llegó rápidamente. Era una olla de cobre tradicional calentada con carbón, el sonido del fuego lamiendo el fondo de

una expresión seria, emanando un aura sombría, los camareros tenian

llenarse, no podía

también era aburrido, especialmente con la expresión rara de Rafael mirándola de frente, tardando una eternidad en comerse un pedazo de carne, no sabia cuánto tiempo planeaba quedarse alli, asi que decidió tomar sus cubiertos y empezó a ayudarle a cocinar la carne en la olla.

puso en un plato, pero Rafael la empujó de vuelta,

que sacar todas

carne ya se

de nuevo…”

camarón, ¡no le dejes ni un solo pedazo de

“Entendido…”

sus instrucciones durante la cena. Al final de la comida, estaba tan ocupada que

la música de la estación de radio rompió el

reojo y notó que su humor parecia haber mejorado

llegaron a un semáforo rojo, Rafael sacó un cigarrillo de la cajetilla Esta vez bajo la

sacudió las cenizas con destreza. “Lo que dijiste en el hospital era

crees, puedo jurarlo de nuevo,

Rafael la

estaba confundida.

calada, y dijo, “Incluso si pierdes la

asintió lentamente.

vio cómo su expresión se oscurecia poco a poco.

sus cambios de humor

y preguntó con voz severa, “Violeta, acaso estás ciega?”

protestó débilmente: “No tengo ningún problema en mi

ciego!”

por un momento y luego decidió

el ceño, con un toque de

temiendo que el insistiera en el tema, dijo rápidamente “Ya

casa, Rafael se quitó la chaqueta y le ordenó a Violeta, “Ve a

señor.” Violeta asintió obedientemente.

del baño, Rafael

parecia ya estar durmiendo, pero al ver la llamada de Rafael, la tomó de

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