Capítulo 80

Salió de la oficina, y justo en la entrada estaba un hombre conocido para ella.

Al verla, se enderezo de su postura inclinada y camino hacia ella, aún vestida de manera provocativa, con un escote grande en su delgada camiseta, y un pequeño colgante debajo de su cuello que oscilaba con cada movimiento.

Elias se acercó y la llevó hacia afuera apresuradamente.

Violeta no pudo resistirse y fue arrastrada hacia la puerta, “¿A dónde vamos?”

“¡Lo sabrás si vienes conmigo!”

Eso fue todo lo que dijo Elias, y luego la metió en el auto.

No decia a dónde iba, pisaba el acelerador hasta el fondo, revisaba el reloj de vez en cuando, parecia que tenía prisa.

Cuando llegaron a su destino, Violeta todavia estaba confundida. No era un lugar desconocido, era la sala del aeropuerto que habia visitado hace unos dias, pero no entendia por qué fueron alli

Habia mucha gente alrededor de la salida, la mayoría esperando a alguien, muchos sosteniendo carteles.

Elias también estaba mirando alrededor.

El anuncio del aeropuerto informó que un vuelo de Nueva York acababa de aterrizar y en seguida, una multitud de personas comenzó a salir. La mirada de Elias se detuvo en algún lugar, “Ahí está!”

Violeta también miró en esa dirección y vio a un hombre con una camisa negra corta, de figura alta, con un abrigo fino negro sobre su muñeca, y la rueda de su maleta haciendo ruido con cada paso, parecia cansado de un largo viaje.

“¡Julián, estamos aqui!” Elias levantó la mano.

Julián miró en su dirección y aceleró el paso.

Cuando Julián llegó, Violeta lamió sus labios, Julián…”

Tal vez porque ya se habían visto antes en Nueva York, estaba más tranquila ahora, aunque aún sentia un nudo en el pecho.

Julián negó con la cabeza, suspiró a Violeta con resignación, Tenia unos dias libres y volví para hacer algunas cosas. Originalmente planeaba darte una sorpresa, pero no esperaba que Elias te trajera aqui.

“¡Así puedo sorprender a ambos!” Elias levantó una ceja

Julián sonrio, levantó la mano y choco su puño con Elias!

demasiado familiar, a veces ocurría en el pasado, Violeta incluso se sintió

les propuso, “Vamos a

y cuando llegaron, Violeta se dio cuenta de que era un restaurante privado al que

solo los tres, pero Elias reservó una habitación privada para diez personas, destacando su

acondicionado estaba muy frío, así que pidieron entre otros platos un caldo de pollo, y cuando el

recordar algo, “¿Leta, conoces bien al Sr. Castillo?”

mientras probaba su sopa.

no era la primera vez que se hacía esta pregunta, la última vez alguien la interrumpió, pero ahora le habian preguntado

“Lo sé, la compañía de Violeta tiene negocios con

veo.” Julián asintió

bajó la vista

estaba hablando, el teléfono en

vez porque estaba nerviosa, casi dejó

no vas a contestar la

lo devolvió a su

más, y

de comer, Violeta se levantó de su asiento y metió su

cubiculos, cerró la puerta y luego sacó su

llamadas perdidas, todas del mismo número. Violeta tragó saliva, y justo cuando estaba a

“Hola?”

contestas el

Rafael sonaba enfadado.

mintió: “No escuché el teléfono… ¿Qué

respondió

“No me siento muy bien hoy, quiero descansar en casa…”

cansaste anoche? Rafaelle preguntó con

“Si…” ella asintió

vergüenza!” Rafael se rio y la regañó. Hizo una pausa y luego le

apresuro a responder, “Ya me acosté!”

Rafael colgó

temiendo que él volviera a

los ojos y bajó la cabeza. Su mano sudaba profusamente.

la miró con el ceño fruncido, “Violeta, ¿estás

con la cabeza.

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