Capítulo 129

Asi es, era tiempo de que te fueras.

“Mm, respondió Rafael con indiferencia.

Como si entendiera su insinuación, se levantó de la silla y comenzó a caminar hacia el vestíbulo.

Violeta lo siguió en silencio. Cuando estaban cerca de la puerta, Rafael se detuvo de repente.

Ella no tuvo tiempo de reaccionar, y tropezó hacia atrás, tambaleándose.

Un brazo fuerte la envolvió, como en esas escenas comunes en las películas. Giró en el aire y cayó en sus brazos.

Violeta se movió un poco.

Él no tenía intención de soltarla, y esa cara de rasgos pronunciados se inclinaba…

Cada vez más cerca…

Violeta comenzó a tartamudear nerviosamente, “Tu tu…”

Cuando solo quedaba una pulgada de distancia, Rafael finalmente se detuvo, su aliento rozó su rostro: “Olvidé desearte buenas noches”.

Violeta estaba segura de que su expresión debía ser muy tonta en ese momento.

Rafael tragó saliva, ¡Buenas noches!”

El sentimiento de aprisionamiento en su cintura desapareció, y Violeta tragó saliva, “… Buenas noches”.

Aún se sentía un poco aturdida después de cerrar la puerta con llave.

No tenía ganas de ver más telenovelas. Se baño y se metió en la cama. Violeta se acostó y cerró los ojos, pero pronto los volvió a abrir.

Aún no podía creer que Rafael realmente se había mudado a vivir al lado….

Aunque vivia al otro lado, parecía escuchar sus pasos en la casa.

Violeta se volteó, luego se volvió a voltear, sabiendo que sería una noche de insomnio.

A la mañana siguiente, Violeta llegó a la oficina con la cabeza baja.

Apenas se sentó después de fichar, un compañero de trabajo del cubículo de al lado se acercó con preocupación, “Violeta, ¿estás bien?”

“No es nada, estoy bien…” respondió Violeta, sin energía.

señaló sus ojos, “Tienes ojeras como un panda, ¿te quedaste

anterior casi la

jugando

vez que cerraba los ojos, podía escuchar esos pasos. Cuando por fin

las dos o tres de la madrugada, y luego soñó

perdiendo la

Sí, estaba luchando contra

de documentos y volvió a su escritorio Diego se acercó, “Violeta,

siguió a

apresurado, parecia

documentos y comenzó la reunión.

con seriedad, frunciendo el ceño de vez en cuando e

ese momento, su pluma tocó el papel y luego apretó el puño y lo

veces.

“¡Lo siento!”

Diego preguntó preocupado,

miró. Parecia un poco demacrado y sus labios estaban

cabeza, “No,

hace más frío,

“Mm.”

indiferencia y continuó

les notificó que trabajaran dos horas extra.

por teléfono y se alegró de escuchar que

justo llegaba

“77777” estaba estacionado allí, lo que

parecia fuera de lugar.

Violeta había aceptado el hecho de que Rafael había mudado, pero ni siquiera había un lugar de estacionamiento adecuado aquí. Su lujoso

un movimiento de mirar hacia

de cenar, Violeta salió de la ducha y escuchó

pantalla decía “Rafael”.

el vestíbulo, dudó un poco y contestó,

“¿Rafael?”

sin respuesta, ella volvió

tranquila y algo ronca pregunto, lienes medicinas en

fatigada que había escuchado de él en la sala de reuniones del Grupo Castillo durante el

¿Estás muy resfriado?”

dijo Rafael con algo de dificultad, hizo una pausa y añadió, Tengo fiebre y me duele la

y mientras lo abria le dijo, Tengo medicina para bajar la fiebre en casa, la buscaré ahora, ¿puedes venir

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fuerzas,

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