Capítulo 423

La inocente Violeta, al escuchar que por fin podría dejar el hospital, no pudo evitar que la sonrisa contenida en sus labios se relajara.

¡Eso si que alegraba su dia!

Prefería irse lo antes posible, ya estaba cansada de ver a tantas enfermeras rondando con corazones

en los ojos.

Pero luego, al recordar algo, sus pestañas parpadearon y, levantando la mirada, dijo de improviso: “…mejor lo hablamos mañana.”

Tras una pausa, continuó: “Además, hoy me siento un poco cansada y, si vas a darte de alta, sería bueno que el médico te hiciera un chequeo completo mañana por la mañana. ¡Así estaré más tranquila!”

“Está bien, como tú digas,” respondió Rafael con una sonrisa.

Con todo decidido, Violeta se acercó para ayudarlo, “¡Hora de lavarse y a dormir!”

Mejor cerrar la puerta y acostarse temprano para evitar a las enfermeras que buscaban cualquier excusa para merodear afuera del cuarto, espiando a través de ventanas y puertas.

Al escucharla, Rafael volvió a mirar el atardecer por la ventana.

Ella parecía estar de mal ánimo, mejor seguirle la corriente.

Así que cerraron las cortinas del cuarto y Rafael, en su bata de hospital, se acostó en la cama, cerrando los ojos profundos, intentando dormirse rápidamente. Una oveja, dos ovejas, tres ovejas…

A la mañana siguiente, el médico encargado realizó un examen fisico completo a Rafael.

Cuando terminaron, Violeta no se apresuró a completar el papeleo de alta, sino que dijo “espera un momento” y se quedó mirando hacia el elevador, como esperando a alguien.

Después de cinco o seis minutos, la rotunda figura de Lucía apareció con el pequeño El pequeño Nono a su lado.

Al ver a Violeta, El pequeño Nono corrió hacia ella.

“¡Vivi!”

Violeta se inclinó para atraparlo en sus brazos, “¡Al fin llegaste, mi tesoro!”

En esos días, aunque había vuelto a la casa para preparar algunas comidas y pasaba tiempo allí, la mayor parte la pasaba en el hospital con Rafael, y madre e hijo habían tenido poco tiempo juntos.

cada mejilla, Nono recordó al

con

al niño, no era necesario hacer tanto alboroto para el

a Rafael, “Déjale a Lucía que recoja tus cosas, yo llevaré a Nono a hacer el papeleo

Rafael una vez

se alejaron de

con el papeleo. Sin embargo, en lugar de regresar directamente, se detuvieron cerca de la estación de

a la altura de Nono,

Nono con su voz tierna.

Ahora, ve,” dijo Violeta acariciando su cabeza con

soltó su mano, corriendo hacia

miraron sorprendidas al pequeño que apareció de repente, “¡Oh, de

Se parece a alguien…” comentó

sobre la cabeza, el

les traigo paletas!”

enfermera más cercana, que casualmente era la misma que había llamado a Rafael Rafa”, y bromeó, “Pequeño galán, no aceptamos regalos

trabajado mucho, estas paletas son para ustedes! Hay de

es tu papi?”

habitación 3!”

se miraron entre si, intercambiando miradas de

la noticia era simplemente explosiva. Antes había buscado en linea pero solo superficialmente, sin indagar mucho en su vida privada. ¡No

a Violeta, corrió hacia ella buscando elogios, “¡Mami, ya reparti

dio un beso en la mejilla, luego le dijo con voz suave, “Vamos

Nono asintió obediente como

dijo sonriendo, “No me extraña, me preguntaba por qué

una sonrisa, se detuvo por un momento y luego añadió, “Pero mucha gente también dice

a Nono a una tienda de

captando de pronto el mensaje, “Violeta, qué

lo creo, dijo Violeta con una

voy a la habitación, gracias por

De nada!”

despedirse con una sonrisa, Violeta no se quedó más en la estación de enfermeras y se fue. Al girarse, notó por el rabilio del ojo la expresión atónita de la enfermera de cabello corto.

¿Sólo una novia?

supuesto que no, jella también era la madre

camino hacia adelante, sin poder evitar que las comisuras de sus labios se alzaran ligeramente. Era la

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