Capítulo 426

Sebastián estaba furioso. Su rostro quedó congelado en una expresión de ira, y las venas de su frente. se hincharon como gruesas pajillas, incapaz de articular palabra alguna.

El cuerpo le tembló y tuvo que sostenerse del escritorio para no caerse.

“Vine a hablar de esto y ya lo he dicho”, dijo Rafael al levantarse de la silla en la que estaba sentado.

Sus ojos, profundos y serenos como un pozo antiguo, no mostraban duda ni parecía que estuviese bromeando.

No había vacilado al hablar, como si tuviera la decisión tomada desde hacía tiempo y pudiera lanzar sus palabras con firmeza.

Violeta, aún en shock, fue tomada de la mano por él y le dijo. “Vivi, ¡vamos a casa!”, dijo, entrelazando sus dedos como siempre lo hacían.

En un instante, ambos desaparecieron del estudio.

Por la ventana abierta, se escuchaba el sonido de un motor de coche alejándose.

Habían llegado y se habían ido en un abrir y cerrar de ojos, tras un breve intercambio de palabras que dejó la atmósfera del estudio cargada y pesada.

Lamberto, al ver a Sebastián tambaleándose, corrió a sostenerlo y dijo: “Sebastián, ¿estás bien?”

Sebastián se dejó caer en el sillón de cuero, con una mano en el pecho y la otra haciendo un gesto paral indicar que no podía hablar.

En ese momento, ya no podía preocuparse por explicar nada a Lamberto, su pariente político.

“¡Esposo!” Patricia, al subir, se encontró con la escena.

“Debe ser un ataque de ansiedad”, dijo Lamberto intentando calmarla. “Cuñada, llame al médico de la familia para que lo revise”.

Mirando por la ventana, ya no se veía rastro del Range Rover blanco.

Lamberto había ido ese día para hablar sobre la boda de su hija con Rafael, pero siempre habial respetado la elección sentimental de los jóvenes y había querido mostrar la postura de su familia de no presionar.

Pero en ese momento, parecía que ya no tenía que decir nada más.

ella habia sugerido, los tres fueron a ver una película animada, terminando la noche con una cena fuera

casa.

pequeño Nono estaba emocionado, hablando sin parar sobre los personajes de la película en el camino de

parecia de buen humor, concentrándose en

película, pensando en lo sucedido en Casa Castillo.

acostar al pequeño Nono, vio que eran más de las diez. No había nadie en la habitación contigua, pero la puerta del

se acercó sigilosamente.

Capitulo 46

vio a Rafael

de la oficina, pero desabrocho todos los botones, dejando ver su torso

bocanada, la habitación se llenaba de humo y sus

que él nunca fumaba delante del pequeño

deseo de tener una niña, por

la compostura frente a Sebastián,

se sentia en ese

más planeas espiarme?”, dijo Rafael,

descubierta, entró con torpeza al estudio,

frente al escritorio, con las manos colgando y una

atreverse

y cuando Violeta se acercó a él como si fuera una perrita obediente, el extendio su brazo y la atrajo hacia sus piernas, sosteniéndola para que su espalda se apoyara

atmosfera era mucho más relajada que la de una tarde en la oficina; Violeta no se

risita y le dijo. “¡Pregunta lo que

apretando los labios y continuó, “lo que le dijiste a tu padre

decias en serio?”

te llevaré conmigo.” Rafael confirmó su

vez, Violeta sintió

recuperar su voz y dijo. “¿Cuándo planeaste esto…?”

de medio lado y

que ambos volvieron

eso.

en silencio por

la firmeza con la que le habló a Sebastián, se podía ver

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