Capítulo 425

Rafael ha vuelto!”

Al entrar a la villa, un sirviente lo recibió.

Rafael respondió con indiferencia y le ayudó a cambiar sus zapatos por unas pantuflas.

Al dejar el recibidor, una figura emergió del salón; era la actual señora de la Casa Castillo, Patricia, quien lo saludó con una sonrisa: “Rafael, has regresado”.

“Patricia, ¿mi papá está arriba?” Rafael asintió levemente con la cabeza.

“Si!” Patricia asintió.

En ese momento, una empleada salio de la cocina con una bandeja en manos. En ella había dos tazas de café recién preparado, hecho con granos lavados de Etiopía, un producto no solo caro sino también escaso, que generalmente se reservaba para cuando había visitas importantes.

Rafael miró la bandeja y pregunto, “¿Tenemos visitas en casa?”

“¡Así es!” Patricia asintio de nuevo, contándole la verdad, “Lamberto acaba de llegar, está en el estudio con tu padre. Rafael, me enteré que te lastimaste y estuviste junto con tu padre en el hospital hace unos días, ¿ya estás mejor?”

“Ya estoy bien.” Rafael respondió con voz serena.

La relación entre Rafael y su madrastra no tenía grandes barreras, pero tampoco eran muy cercanos, siempre mantenían una cortesía distante.

Patricia miró a Violeta, que había entrado con él, sonrió y dijo, “Violeta, ¿qué te gustaría tomar? Además de café, tenemos varias infusiones florales que son bastante dulces y suaves, algo que a los jóvenes les suele gustar y son buenos para la piel. ¿Quieres que te preparen un par y los manden al salón para que esperes a Rafael?”

Violeta nunca había sentido mucha aversión hacia la madrastra de Rafael. Tal vez porque la mujer tenía un carácter suave y se vestía con sencillez, no como esas damas ostentosas de la alta sociedad, y siempre miraba a los demás con ojos bondadosos, incluso a ella, que no era muy bien recibida en la Casa Castillo.

Sin embargo, Violeta también pensó en otra persona.

Elias…

Desde que regresó, no lo había visto ni una vez.

ella se fue, hacía ya cuatro años, Elias tambien habia dejado la Costa de Rosa para ir a un país remoto del hemisferio sur y parecía que no

cuando Rafael tomó su mano y respondió por ella, “No es necesario, ella

escaleras

puerta del estudio estaba abierta, el sirviente que había llevado el

Sebastián de que el joven señor había regresado, así que no

Capitulo 425

Papa, Don Lamberto.”

a cada

tomando su café cuando levantó la vista y dijo, “Rafael, ¿cómo

bien.” Rafael sonrió

al almacén de las afueras a tiempo, y

Parece que la juventud tiene sus ventajas. Si hubiera sido yo, jhabría tenido que pasar por lo menos un año en cama!” Lamberto dijo con una sonrisa, y al notar a Violeta detrás de él, su sonrisa se ensanchó

ligero

miró y su expresión se endureció, “i¿Cómo te atreves a traer a esa mujer a nuestra casa?!”

calma. “Tengo algo que quiero discutir contigo.”

su temperamento y señaló hacia dos sillas vacías, De hecho, estábamos hablando de un tema que te interesa, sobre tu matrimonio con Bianca. Será mejor que te sientes y escuches atentamente, para que no sigas soñando

esas últimas palabras, Violeta supo que iban dirigidas a

alterando con su mano apretada, ella intervino, apretando la palma de

recta. A pesar de sentirse incómoda en la Casa Castillo, la presencia

su taza de café sobre la mesa, le dedicó una sonrisa y dijo.

así es! Lamberto asintió

la intención de discutir el

café y avisar que Rafael había

se preparaba para hablar, cuando Sebastián lo interrumpió y dijo. “No te preocupes, le daré una

cambiará.”

con Violeta, dijo Rafael con una voz serena y

y lo regañó a su hijo con severidad. “Rafael! ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? ¡Lamberto está

continuó, “Algunas cosas tal vez no las manejé bien como

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